sábado, 29 de septiembre de 2007

LAS MENTIRAS DE "MISIA BACHELET" EN LAS NACIONES UNIDAS

Por: Maximo Kinast
Política Cono Sur

Como no le resultó el cuento de desnaturalizar el Instituto de Derechos Humanos para transformarlo en un instrumento de punto final, olvido y perdón de los genocidas, ahora lo intenta contando mentiras en las Naciones Unidas.

Veamos una por una las chivas* de Misia Bachelet en la ONU y mi comentario:

1º Usted dijo: "La comunidad internacional sabe de la vocación de mi pueblo por la paz, la justicia, la libertad y la solidaridad"

YO LA ACUSO: Usted miente. Chile es el país que más gasta en armamentos en todo el continente. Algo de US 60 por habitante. ¿Para qué? ¿A quien quiere invadir en nombre de la Paz?

En Chile la Justicia da un paso adelante y dos para atrás. Muy bien la extradición de Fujimori; pero no condenó al Innombrable, no extraditó al Menen; y encarcela a los mapuches por reclamar por sus tierras. No es justo cerrar las Alamedas para que el pueblo no pueda rendir homenaje a Salvador Allende. La LIBERTAD es lo que queremos para los presos políticos. Y la SOLIDARIDAD es disminuir la brecha entre ricos y pobres: UNA DE LAS MAYORES DEL MUNDO. Eso no es solidaridad, eso es explotación del pueblo de Chile.

2º Usted dijo: "Sabe de aquel lejano país del sur del mundo que pese al tamaño de su economía, población o su lejanía, ha hecho suyas las grandes causas de la Humanidad"

YO LA ACUSO: Usted miente. Las únicas causas que el Gobierno de Chile, el Poder Legislativo, el poder Económico, el Poder Religioso, el Poder Militar y el Poder Mediático han hecho suyas, son las causas de las transnacionales, como Pascua Lama que esta autorizada a trasladar y destruir glaciares para quedarse con el oro, sin importarle que contaminará al valle más fértil de Chile y de Argentina. Chile no escucha a sus vecinos. No dialoga con Perú ni con Bolivia. Chile se roba diarios como El Clarin y hace trampas, tintirelladas ante Tribunales Internacionales. Chile explota a sus estudiantes y cuando los 'pingüinos' se rebelan, les toma el pelo con una Comisión Dilatadora de Acuerdos. Chile sigue siendo bicameral y no hay posibilidades de que el pueblo elija democráticamente a representantes que no sean secuaces de la Concertación o de la Alianza UDI - RN. Chile no respeta al pueblo Mapuche.

3º Usted dice: "Sabe del aporte de Chile en los temas de pobreza, del SIDA, el hambre o la cohesiòn social"

YO LA ACUSO: Usted está difariando o soñando o se ha drogado, o simplemente miente con descaro. Sobre la pobreza, tenemos una de las mayores desigualdades. Hay gente que se ha quemado a lo bonzo para que en la Moneda sepan que Chile esta lleno de pobres. ¿Y usted todavía no se entera? El hambre la he visto en las poblaciones, en La Negra (Alto Hospicio) de modo que lo sé de forma directa. En Chile hay hambre, pura y simple hambre. ¿Y eso de la cohesión social? Será algo que ocurre en el barrio alto, allá arriba del canal San Carlos, o más arriba, por la Dehesa, porque al pueblo se le deja afuera. Ni siquiera se le permite manifestar su opinión, y mucho menos rendir homenaje a sus mártires. ¿De que cohesión social habla usted, cuando hay dos Derechas y dos Chile? ¿O no se ha enterado todavía?

Y sigue diciendo mentiras. Mire usted, Misia Bachelet, Chile no ha firmado tratados internacionales sobre tortura. Chile mantiene vigente al Constitución espúrea del Dictador. Chile mantiene leyes anti terrorismo dictadas por la Dictadura; Chile se ufana de la 'Pacificación de la Araucanía' como todavía se enseña en las escuelas, sin confesar que eso fue un genocidio y que ese genocidio contra el pueblo Mapuche continúa todavía de mano de la Concertación que usted lidera.

Sabe usted, Misia Bachelet, me está dando asco lo mentirosa que es.

* Chiva, en chileno coloquial significa mentira, significa un cuento para incautos.


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viernes, 28 de septiembre de 2007

MI OPINIÓN FRENTE A LA DECLARACIÓN QUE SUSTENTA UNA LÍNEA FAVORABLE A LA DIRECCIÓN DE EL DIARIO "EL SIGLO"

HERNÁN MONTECINOS
Escritor ensayista


Resulta muy saludable que el diario “El Siglo” a través de un grupo que firma bajo el título “trabajadores y colaboradores del diario El Siglo” haya hecha pública, de una vez por todas, una declaración puntualizando su posición, respecto del conflicto que mantiene con sus trabajadores afiliados al sindicato. Demasiado tiempo en silencio respecto de un conflicto, que si bien, afecta a ese semanario y, por extensión, al Partido Comunista, resultaba ser un problema que ya había saltado a la palestra pública y, como tal, no resultaba saludable que una de las partes mantuviera un prolongado silencio. Ahora, recién teniendo frente a frente las dos partes del conflicto, tengo antecedentes más que suficientes para opinar con mayor propiedad sobre el mismo.

Antes que nada, debo puntualizar, que así como di cabida en mi blog, a la declaración última del sindicato de trabajadores, así también, en nota que va más abajo, incluyo la declaración representativa de la dirección del diario “El Siglo”, atendiendo la línea editorial pluralista que me motiva, esto es, dar cabida a todas las opiniones que provengan, o tengan que ver, con los problemas que se suceden en el mundo de la izquierda. Lamentablemente, no puedo decir lo mismo respecto de “El Siglo”, semanario que se ha caracterizado por mantener, en mi opinión, una línea descalificatoria y sectaria, con aquellos que discrepamos de su línea oficial. No sin razón esto último ha dado pie para que algunos califiquen a ese semanario, y al propio P.C., de ejercer prácticas estalinistas. Y aunque yo no diría tanto, de lo que si estoy cierto es de que, a lo menos, ello responde a una actitud de ensimismamiento, de arrogancia, de soberbia y de exacerbado autoritarismo que ya se la quisiera el mismísimo Ricardo Lagos. Más aún, en un diario que se supone de izquierda en el que debiera darse, dentro de ese campo, el mínimo de pluralismo, tan necesario hoy para reconstruir a la alicaída y maltrecha izquierda chilena.

Sobre este último, creo que el P. C., o cualquier partido político que se quiera, tendrá todo el derecho de exigir ciertos grados de lealtad a sus militantes, con el sólo límite de que ello no signifique mantener prisioneras sus conciencias. Hasta donde se sepa, el P.C. chileno nunca había sido un regimiento y, por tal, sus militantes tampoco unos simple milicos. Sigo creyendo que las lealtades son buenas, sobre todo en periodos tan frágiles e inciertos como el que nos encontramos viviendo, pero cuando esas lealtades se ofrecen al precio del puro voluntarismo y, más aún, al precio de hipotecar las conciencias, éstas se vuelven estériles y de nada sirven. Y menos, cuando ellas pretenden justificar causas que son indefendibles. En esto, tenemos que ser muy claros, en cuanto a que una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa o, si mejor se quiere, en jerga popular, “al pan, pan y al vino, vino”. Si confundimos los términos quiere decir que estamos irremediablemente jodidos.

Ahora bien, al tenor de las razones dadas por los firmantes de la declaración del diario El Siglo, desde ahora los que laboren en dicho semanario quedan advertidos que tendrán que hacerlo no como “trabajadores” o profesionales (para el caso de los periodistas), sino como heroicos y sacrificados “militantes” comunistas. Se deduciría de tal condición, según creo entender que, en lo sucesivo, los que allí trabajen no pueden, o mejor aún, no deben formar sindicato alguno. Curiosa dicotomía reservada para aquellos que trabajen en una empresa de propiedad del P.C. chileno. Los heroicos militantes del P.C. chileno tendrán que trabajar, de aquí en adelante, sin chistar, sacrificándose por la causa, sin mayores pretensiones de sueldo, y si es con puro trabajo voluntario, tanto mejor, no importando si los susodichos militantes tengan familias e hijos que alimentar, y que la precarización de la salud los tengan a mal traer, y se encuentren sus hijos imposibilitados de estudiar en colegios respetables o, a lo menos, aceptables, o que les corten, por no pago, los servicios del agua o la luz, etc. Todo eso, serían meros pelos en la cola. En buen castellano, un verdadero llamado a la martiriología. Y si esto fuera así, y tuviera que ser sólo así (al modo más romántico), entonces, unamos todos nuestras voces para gritar juntos, a Renovación Nacional, la UDI y los empresarios de la banca y las transnacionales incluidos… ¡VIVA LA FLEXIBILIZACIÓN LABORAL¡… Claro está, que ahora este grito para hacerlo válido a los trabajadores de las empresas del P.C. chileno. Total por distintas razones y por distintos caminos, igual al final todos llegamos a Roma, según nos enseñó San Pedro en uno de los pasajes bíblicos.

Frente a las razones dadas por los adherentes a la politica del diario “El Siglo”, lo único que me cabe pedir es que sean más realistas. No están los tiempos para hacer una galimatías conceptual entre trabajador y militante. No tomemos ni lo uno ni lo otro para acomodarlo a conveniencias inmediatistas. Al César lo que es del César, con esto quiero decir que el militante es a lo político, como el trabajador lo es al trabajo. Nada de medias tintas, ni nada de emborrachar la perdiz con frases floreadas y bonitas que sólo sirven para henchir el pecho. Después de todo, la realidad suele ser más fuerte que cualquier loable intención que se pretenda. Justamente, es el marxismo el que nos enseña que la realidad es siempre dialéctica, y como tal, toda razón o motivo que pretenda ser convertida en pétrea o inamovible, al poco andar se cae a pedazos haciéndose añicos. Por eso, dejemos descansar tranquilo en su tumba a Luis Emilio Recabarren. Es cierto, el fue un heroico militante comunista, de aquellos que de cuando en vez la historia produce dotado de cualidades especiales y que responde a otra estirpe. Pero, ni yo soy Recabarren, ni tampoco los firmantes de la declaración, ni los trabajadores del diario “El siglo”, ni aún la Gladys Marín, excepcional compañera comunista que tanto echamos de menos y extrañamos. Por favor, ubiquémonos en los tiempos, y también en los contextos, para no caer en el vicio fácil de caer en consignas. Eso de hacer traslaciones mecanicistas con las personas y los tiempos es poco dialéctico, es decir, antimarxista. Seamos más riguroso en el examen de la realidad para saber hacia donde va la micro.

Y si digo esto, es porque cualquiera sea la intención o explicación de los responsables del semanario “El Siglo, el hecho cierto es que en dicho semanario existe un sindicato de trabajadores, y ello gústele o no a sus directivos, y al propio P.C., es un hecho de la realidad que no pueden soslayar ni menos descalificar con argumentos vacíos y huecos como si estuviéramos en la República idílica de Platón o en la “Utopía de Tomás Moro. Para allá queremos ir, para allá nos encaminamos, pero la misma teoría marxista nos enseña que la historia no se construye a puros saltos dialécticos, que hay procesos y hechos, y situaciones intermedias que no se pueden dejar de considerar, es decir, tomar en cuenta la realidad pura, realidad que en Chile, por desfortuna, ha sufrido una gran involución, un gran retroceso, desfavorable a los trabajadores, haciéndole perder muchas de sus conquistas. Por eso no le pidamos a los que trabajan en el diario El Siglo, que sean poco menos que mártires, ni menos los talibanes o lo mujaidines del periodismo chileno, sobre todo, en las actuales circunstancias, que son muy distintas a las de la época de Recabarren, en la que el periodismo se hacía a puro ñeque, a puro pulso, y también, a puro mimeógrafo. Pero da la casualidad que la realidad de hoy no es la realidad de antes, y con ello el mismo periodismo no es ni la sombra de lo que era en el pasado. Hoy día con la globalización y la tecnología hay muchos periódicos electrónicos de izquierda que de un sólo paraguazo logran captar 20.000, 30.000 o más miles de lectores diarios; así de simple. ¿Cuántos lectores tiene hoy el “El Siglo”. Mejor ni decirlo para no ruborizarnos. Es que sin pluralismo, imposible hacer periodismo de verdad, a lo menos, desde el lado de la izquierda, y ese es un error que ha cometido la línea política de la dirección del P.C. lo que ha llevado a ese semanario a una situación extrema que lo tiene al borde del caos y del desastre. No le echemos la culpa a los trabajadores del diario por una mala orientación y peor administración de directa responsabilidad de sus directivos. No pocos militantes me han confesado que les resulta toda una lata leer hoy el diario “El siglo”, porque más que un diario plural y de opinión (lo que sería correcto) más parece un diario de sloganes y consignas. No quiero decir con esto que dicho semanario tenga que colocar en sus páginas traseros y pechugas para que así sea leído, no nada de eso, pero sí estoy convencido que hay que hacer una profunda revisión de su actual línea editorial, que vaya incluso más allá de ser intérprete del puro pensamiento comunista, sino que manteniendo aquello como esencial, de cabida a todo el pensamiento de la izquierda. Creo que por ahí iría la cosa. Ser más creativo, más imaginativo, en fin buscar modos de encantar para que sus mensajes sean leidos, sin necesidad de llenar sus páginas de consignas, que de tanto repetirlas, cansan hasta los más estoicos de los militantes comunistas. Por ello, insisto, es la realidad misma la que ha hecho cambiar todo lo que existe, lo que ha llevado al mismo periodismo a no ser como el de antes. Saltarse ese simple y elemental hecho, no tiene nada que ver con lo dialéctico ni, mucho menos, pensar desde el marxismo el problema en forma seria.

De otra parte, y relacionado con el conflicto, el P.C. debe atenerse a acatar las normas y procedimientos laborales a que se encuentran sometidas las partes involucradas, aunque ello los haga fruncir el ceño y los contraríe. No hacerse cargo de los derechos laborales que les corresponden a los trabajadores del Siglo, incluido por cierto su derecho a formar sindicato, es ir a contracorriente, o poco menos que a un suicidio político. Y esto sería fatal, no sólo para el P.C. sino que para toda la izquierda chilena, porque la porfiada realidad nos dice también que, en Chile, no puede haber izquierda sin el partido comunista y viciversa. Sería una gran frustración para todo el conjunto de la izquierda seguir manteniendo una política así de suicida, para esa izquierda que con fervor y ahinco ha luchado y sigue luchando por la causa de los derechos de los trabajadores, “de todos los trabajadores”, para los cuales no cabe excepción alguna, como pretende arbitrariamente el P.C. hacerlo para los trabajadores que le son dependientes. La política del padre Gatica, aquel que predica pero no practica, no puede hacerse carne en el partido comunista, a lo menos, en lo que se refiere a la defensa irrestricta de los derechos laborales, insisto, para todos los trabajadores sin excepción.

Ahora bien, concediendo algo, es posible que en Cuba pueda darse aproximadamente esa lógica que pretende hacer prevalecer aquí en Chile para los trabajadores de “El Siglo” el P.C. chileno. Y aunque lo dudo, y suponiéndose que sea así, no creo que los trabajadores del diario “Granma”, por ejemplo, en Cuba, trabajen poco menos que gratis por ser militantes y estar activos en favor de la causa. Puede que sí, puede que no, no estoy seguro, pero cualquiera que sea la condición sobre la cual especulo, hay que tener presente que allí el trabajador del diario “Granma”, y todos los trabajadores cubanos, tienen asegurada la salud, la educación, los servicios básicos y el descanso, con el sólo mérito de ser trabajadores. Pero es el caso que allí hay una sociedad socialista, una institucionalidad diferente, una cultura social también diferente, imposible en las actuales circunstancias de trasladar mecánicamente y en forma reduccionista a la experiencia de los trabajadores chilenos del diario “El Siglo”. No hay ninguna lógica, ni teórica ni práctica, para así concebirlo. Nada hay más antimarxista y antidialéctico que sostener aquello. Se quiere aplicar una lógica de otra experiencia que no es ni la sombra de la nuestra.Por favor seamos más serios en nuestros análisis, y tener más cuidado con lo que se dice en las declaraciones, sobre todo, en lo tocante a los derechos de los trabajadores que son inalienables, incluido su derecho a formar sindicatos, hecho que tanto ha disgustado al P.C., recién ahora, cuando el problema, del cual siempre se mostró defensor, le rebotó en su propia cara. No se puede en materias tan delicada, como lo es el derecho de los trabajadores, ser como el padre Gatica, así de simple, y punto. Cualquier eufemismo ni por más rebuscado que se quiera, puede ocultar esa falsa gran dicotomía que quiere hacer pasar colado el P.C, para justificar su repudiable política persecutoria y antisindical en contra de los trabajadores del diario “El Siglo”. Sospecho que eso es un cuento a título de mera excusa, porque no es un hecho aislado, sino que práctica que ha hecho carne el P.C en aquellas empresas en que es propietaria o, a lo menos, tiene intereses. Basta para comprobar lo que digo interiorizarse de todas las persecuciones y vejaciones de que han sido objeto los trabajadores afiliados al sindicato único de la Universidad ARCIS, y también en el propio sindicato de la CUT, de cuyos pormenores daría para dar cuenta de otras historias tanto o más repudiables como las que han sufrido en carne propia los afiliados al sindicato del diario El Siglo.

Por último, en mi opinión, la actual dirección del P.C. chileno muestra la tendencia a hacer groseros reduccionismos respecto de los hechos y acontecimientos sucedidos en el pasado más reciente, o el más antiguo. Quiere trasladar ejemplos, temporalidades y personalidades a lo que vivimos en el día de hoy. A mi juicio allí radica su gran error, ir a destiempo con la realidad, pretendiendo aplicar viejas formas de hacer política como si en 20, 30 o 40 años todo siguiera igual, como si en dicho tiempo no hubiera pasado nada de nada. Una profunda corrección en las formas, más que en los contenidos, es a lo que debe abocarse en forma urgente el P.C. chileno. Esa es mi modesta opinión.

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UNA OPINION SOBRE EL CONFLICTO EN EL SEMANARIO EL SIGLO

1.- Un problema político

Con tristeza nos hemos enterado que un grupo de trabajadores de El Siglo, que corresponden al 50% de quienes laboramos en este semanario, iniciarán una huelga legal. Lo lamentamos porque es el paso que culmina un proceso que no ha hecho más que reflejar las diferencias que los compañeros que formaron y dirigen este sindicato mantienen con nuestra línea política y que han elegido expresar erradamente a través de la conformación de una organización sindical, no como una herramienta de lucha en contra de un patrón capitalista, sino para hacer un "gallito" al proyecto político que sustenta El Siglo y en último caso sacar dividendos económicos de una situación que voluntariamente elegimos.
Tal como ellos mismos reconocen en el comunicado sobre su huelga, "por muchos años compartieron", como tantos otros, un proyecto político que se reflejó en El Siglo, razón por la que dicen "aceptaron estas condiciones" de trabajo. Hoy, claramente, al menos los compañeros que conducen este "sindicato" ya no comparten nuestras ideas ni opciones y por ello, mantuvieron conductas impropias durante su participación en el Congreso comunal, regional y nacional realizado el año pasado y luego pretendieron extender su "disidencia" y reflejarla en las páginas de El Siglo, a través de acciones y omisiones.
Su falta de humildad comunista, los lleva incluso a reclamar en uno de los mail que han hecho circular, que no se toman en cuenta sus ideas en la dirección del semanario o que se instaló una dirección antidemocrática, como si por ser periodistas o por cumplir funciones en El Siglo, sus ideas debieran tenerse más en cuenta que las de un militante de Punta Arenas o de Cerro Navia. O como si la línea editorial, que se corresponde obviamente con la línea política aprobada por el conjunto, pudiese estar en debate permanente o relativizarse en una especie de foro elitista en la que se pretendían se convirtiera la reunión de pauta semanal.


2.- Las Demandas

Digamos las cosas como son. El así llamado "sindicato", no tiene nada que ver con los que se conforman y ayudamos a conformar todos los días a lo largo de Chile. Este "sindicato", es una organización formada no con el objetivo de arrebatar al capitalista sus jugosas ganancias y plusvalía fruto de la explotación, sino por el contrario, para intentar meter una cuña en un partido revolucionario y para desviar a sus propios bolsillos los esfuerzos de miles de trabajadores y militantes anónimos que compran el diario o pagan sus cotizaciones con el objeto de sostener la independencia de este medio de comunicación, el único con que cuentan los trabajadores.
Nadie llegó a trabajar en este medio por un aviso económico o por un test de capacidades, de hecho ninguno de ellos es periodista ni escribió antes en otro medio de comunicación, sino que llegaron a través de su compromiso político e incluso más de uno se había desempeñado antes en otras funciones políticas, por lo tanto claramente la labor en El Siglo no corresponde a un "empleo", sino a una destinación política por la cual se recibe un aporte económico para permitir una dedicación mayor de tiempo que la que hacen el resto de nuestros compañeros, que además de asistir a reuniones o ser dirigentes, deben trabajar en la producción privada para poder sobrevivir.
Los compañeros, Oliva y Blanchet, reclaman que a diferencia de sus compañeros, tienen contrato a honorarios, el que habrían firmado por "hacerle un favor a la empresa", la verdad es que cuando se hicieron los contratos, estos dos compañeros pidieron quedar a honorarios para que no se les descontaran imposiciones y en cambio recibir devolución de impuestos.
Trabajar en El Siglo o en otra labor política, es una opción voluntaria, como lo fue para tantos y tantos en nuestra historia, desde el propio Elias Lafferte, que alguna vez durmió en una colchoneta junto a la imprenta de El Despertar de los Trabajadores, hasta nuestros pasados y actuales dirigentes, los desaparecidos y los sobrevivientes, que en tiempos de clandestinidad debieron enfrentar no sólo la persecución y la muerte, sino también las apreturas económicas y hasta el hambre, cuando no se lograba contar con recursos económicos.
Es cierto que los sueldos no son altos, aunque al menos cumplen con el monto que proponemos como salario mínimo (lo que se denuncia como salario del compañero que edita las páginas internacionales en realidad no es tal, sino sólo un aporte por algunos artículos que edita desde su casa y que entrega los días martes).
Por otra parte, para quienes no son militantes (dos personas), seguramente es difícil vivir con este sueldo, sin embargo imaginamos que nadie busca trabajo en un semanario como El Siglo pensando en su desarrollo económico, por otra parte esta suma no contempla una jornada completa de trabajo, a lo más cinco horas diarias y en horario libre.
Entendemos que esa entrega generosa puede no ser permanente y entonces, cuando las necesidades son mayores o cuando se tienen perspectivas personales de un mayor desarrollo económico, lo legítimo es expresarlo honestamente, buscar un empleo en la producción más acorde con las expectativas de salario y dejar ese lugar a un compañero que sí esté dispuesto al sacrificio, pero no es legítimo en cambio aprovechar la debilidad de ese "acuerdo tácito" entre compañeros, para mostrarlo como un abuso laboral de un patrón explotador. Aquí no hay ganancias que repartir, aquí no hay riqueza mal distribuida por la avaricia de los "Ejecutivos de la Empresa", aquí los salarios de los trabajadores de El Siglo los pagamos entre todos
Para ser francos tenemos que decir también que algunos compañeros, con la errada idea de que por ser militantes o dirigentes de alguna estructura política tenían asegurado un puesto laboral remunerado, restaron sus mejores esfuerzos al trabajo, asistiendo apenas unas cuantas horas al semanario, entregando trabajos de mala calidad, sin reportear o bajados de internet, recargando a otros compañeros de trabajo con sus atrasos que muchas veces se reflejaron en que el diagramador debía permanecer despierto una jornada de 24 horas seguidas para poder atender las necesidades de compañeros que llegaban a iniciar sus notas en la tarde del día de cierre, que no aceptaban instrucciones y que incluso insultaban a otros trabajadores por creer seguramente que su condición de militancia les protegía.
Todo ello puede ser corroborado por cualquier fiel lector de El Siglo, que al hojear las páginas de los últimos doce meses se encontrará con no más de dos páginas por cada uno de estos compañeros, Julio Oliva y Raúl Blanchet, muchas de ellas sacadas casi íntegramente de Internet o sólo con reportes telefónicos. En el caso de otro de los compañeros despedidos y que está en juicio con El Siglo, escribía una o dos notas a la semana. Preguntamos ¿una o dos notas, dos páginas a lo más, pueden ser el fruto de 45 horas de trabajo que corresponderían a una jornada legal?. Preguntamos ¿Cuántos trabajadores recibieron la visita del periodista Raúl Blanchet, encargado laboral, en los lugares en que desarrollaban sus huelgas? Algunos estarán agradecidos porque al menos aparecieron en el diario, pero ¿Es ese el máximo esfuerzo que podemos hacer? . Estamos convencidos de que cuando hay compromiso, cuando hay ganas se puede hacer más y que con mayor razón quienes recibimos un aporte económico por nuestro trabajo deberíamos ser los más jugados, los primeros en llegar y los últimos en irnos.
Finalmente y para entender mejor este conflicto, es bueno conocer el contenido del Proyecto de Contrato Colectivo presentado, en el que se solicitan beneficios tan inéditos como que en caso de renunciar voluntariamente se les indemnice con el 80% de lo que les correspondería si se les despidiera y donde se exige al semanario pagar "como indemnización por las carencias sufridas en estos años", desde cifras cercanas a los dos millones, para Magdalena Muñoz y Ana Muga, hasta casi 4 millones para los dirigentes del sindicato, Raúl Blanchet y Julio Oliva.
Quienes conocen la realidad de El Siglo, saben que el semanario no tiene ganancias y a duras penas se costea, muchas veces con el trabajo voluntario de compañeros que nos aportan con artículos, corresponsalías, ayudando en la parte administrativa o en la distribución. Por lo tanto al solicitar esa cifra (17 millones en total, sin contar con otros beneficios como bonos de escolaridad, etc) lo que se busca es crear un problema financiero y político al Partido, objetivo tras el cual se han reunido con el Colegio de Periodistas e incluso han hecho aparecer sus denuncias en medios como El Mercurio y sitios en Internet, conocidos por su anticomunismo.

La respuesta a este tipo de maniobras por parte de todos aquellos quienes nos sentimos interpretados por este semanario debe ser contundente: trabajar más, reportear más, esforzarnos el doble en vender nuestro semanario, en difundirlo entre nuestros amigos y familiares, en aprovechar sus artículos para estudiar y luchar más y mejor.
Porque a pesar de cualquier intento de debilitarlo, que este no es el primero ni será seguramente el último, nuestro "cañón de largo alcance" seguirá llegando a todos los rincones de Chile para impulsar la causa más hermosa de todas, la de la construcción de un país justo, libre y democrático. Y con ese desafío estamos todos comprometidos.


Dolores Cautivo, Luis Córdova, Danae Prado, Claudio Valenzuela, Erica Vásquez, Elcira Navarro, René Amigo

Trabajadores y colaboradores del Semanario El Siglo

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jueves, 27 de septiembre de 2007

ALGO HUELE MAL EN LA SECH

SOCIEDAD DE ESCRITORES DE CHILE (SECH) EN EL TAPETE JUDICIAL
Enviado por: Ximena Arraigada (27.09.07)

La Sociedad de Escritores de Chile (SECH), según información absolutamente fidedigna, cruza por unos de sus peores momentos administrativos. A pesar de las muchas actividades que anuncia y realiza, las irregularidades son imposibles de ocultar, como así mismo las insalvables diferencias dentro del Directorio. Lo mismo sucede respecto a movimientos financieros poco claros. De hecho la SECH está siendo fiscalizada por el Ministerio de Justicia por faltas reiteradas al Estatuto. Por otro lado, la SECH está siendo investigada por la fiscalía debido a traspasos de dinero de gobierno para la campaña a diputado del escritor Hernán Rivera Letelier en el norte del país durante el año 2005. Los culpables del ilícito serían el actual presidente Reynaldo Lacámara (PC) y el ex timonel Reinaldo Marchant (PS), cuyas firman y n°s de carnet aparecen en los cheques de la triangulación, que se encuentran en poder de varios escritores y en manos de la justicia. La base de las acusaciones contra SECH se sostienen principalmente en los cheques y una factura falsa para justificar gastos, dentro de muchas otras irregularidades de este tipo. Además, particulares se han estado beneficiando de la institución para lucrar en beneficioso propio, como es el caso del poeta Gonzalo Contreras (no el narrador), encargado de la librería y ferias de libro, que ha utilizado facturas de la SECH para sus propios negocios por montos sobre los 16 millones de pesos, cifra conocida hasta hoy, pero se sospecha es mayor. Esto con el aval del presidente Reynaldo Lacámara y la Vicepresidenta Cecilia Palma. Otros directores han sido favorecidos con honorarios (Eduardo Robledo y Víctor Sáez) y los gastos no se conllevan con una política de austeridad en una institución que no tiene fines de lucro. De hecho, Gonzalo Contreras fue favorecido además con un proyecto auspiciado por la SECH por $ 7.000.000 y con 4.000.000 de la beca literaria. Recordemos que Lacámara es también representante de la SECH ante el Consejo del Libro junto a Hernán Miranda. Las peleas con la Secretaria General, Magdalena Fuentes son monumentales, incluso ha sido insultada, pues ella se opone a lo que está sucediendo, pero el resto del directorio no reacciona. Las filiales regionales han desaparecido, en la práctica, de la orgánica de la SECH, y no son tomadas en cuenta por este Directorio. Cuando el socio Alejandro Lavquén exigió cuentas el presidente Reynaldo Lacámara presentó una querella por injurias en su contra solicitando penas de cárcel efectiva. El juicio contra Lavquén comienza el 8 de Octubre, pues se negó a pedir disculpas argumentando que no había hecho nada malo y la verdad se sabría tarde o temprano. Parece que al presidente Reynaldo Lacámara y sus asociados les será esta vez imposible tapar el sol con un dedo.

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miércoles, 26 de septiembre de 2007

NUEVA DECLARACIÓN PÚBLICA DEL SINDICATO DEL DIARIO "EL SIGLO"

SOLICITADA
26.09.07

Los trabajadores del Semanario “El Siglo”, organizados en este sindicato, anunciamos muy a nuestro pesar que, el lunes 24 de septiembre, votamos la huelga legal ante la persistente negativa de la empresa a conversar con nosotros. Los trabajadores de El Siglo, la mayoría de larga data en este medio de comunicación, lamentamos que este proceso de negociación colectiva, al que fuimos impulsados por la arrogancia de los dueños de la empresa Editorial Siglo XXI, haya llegado a este punto de inflexión. Varios hemos compartido como compañeros leales en riesgosos episodios de lucha contra la dictadura, con los mismos que hoy, en su calidad de patrones, nos niegan la palabra, nos hostigan laboralmente, nos despiden, nos trasladan de lugar de trabajo sin aviso previo y nos mandan hacinados a una sala aún sin habilitar para cumplir nuestras funciones. Todo esto, en vísperas de votar la huelga. Actitudes que identificamos como propias del peor empresariado nacional.

Lo que estamos pidiendo simplemente es que se respeten nuestros derechos como trabajadores, considerando además que aportamos con años de carencias y sacrificios a este que fuera un proyecto compartido de construcción y fortalecimiento de nuestra prensa.

La mayoría de nosotros no cuenta con contrato laboral. Sólo dos integrantes de nuestro sindicato tienen contrato indefinido y les imponen por el salario mínimo. Otros, aceptaron como favor a la empresa, firmar un contrato (ficticio) a honorarios hace un par de años, cuando la empresa corría el riesgo de ser multada por diversas infracciones a las leyes laborales. De esos mismos contratos se vale ahora la empresa para intentar despedir, sin ninguna compensación, a dos de los más antiguos trabajadores de nuestro medio.

Es sabido, y aceptado por nosotros en su momento, que nuestros sueldos son bajos. Quien más gana recibe $280.000, con más de 17 años de experiencia y cumpliendo cargos de responsabilidad, mientras que el editor internacional apenas alcanza un sueldo de $130.000.

Con nuestros sueldos, como es imaginable, sólo se puede vivir al día. No tenemos capacidad de ahorro, y la mayoría de nosotros tiene lagunas previsionales que superan la década.

A comienzos de los noventa aceptamos estas condiciones concientemente, porque estábamos ayudando a construir la prensa de izquierda y difundiendo los problemas sociales y laborales que vivimos los trabajadores, aunque incluso en ese primer período tuvimos contrato de trabajo bajo otra razón social. Pero las condiciones fueron cambiando paulatinamente, hasta que nos vimos obligados a organizarnos como gremio debido a las decisiones unilaterales que emprendió la dirección del medio, que contemplaron el despido de tres de nuestros compañeros, la amenaza de despido contra otros tres y el posterior menoscabo y maltrato hacia quienes continuamos cumpliendo nuestras funciones, llegando al momento actual en que nos encontramos hacinados y aislados en una oficina de la Fundación Gladys Marín, sin teléfono, ni conexión a internet y marginados por el director Francisco Herreros, y la subdirectora, Dolores Cautivo, de la producción del medio.

Hoy martes solicitamos los buenos oficios de la Dirección del Trabajo, intentando una vez más, que sea el diálogo entre la empresa y nosotros, el camino que ponga fin a un conflicto que nunca debió existir y que a nuestro juicio se vio alentado por la soberbia y terquedad de la empresa, propia de los mismos sectores dominantes que marginan y excluyen a los más desprotegidos, aquellos sectores que denunciamos semanalmente desde nuestras páginas ante nuestro pueblo.

Llamamos a nuestros lectores y compañeros a materializar el apoyo que nos han manifestado, difundiendo los comunicados que hemos enviado y aclarando las tergiversaciones que sobre nuestras demandas se han difundido.

A los dueños de la empresa les pedimos un mínimo de consecuencia que corrija una actitud que sólo está ocasionando daño al Semanario El Siglo y a los ideales que dicen representar.

Sindicato Trabajadores El Siglo
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NOTA.- Sin perjuicio de difundir la declaración, creo pertinente señalar lo siguiente:

Una especie de enfermiza esquizofrenia se ha apoderado de la actual dirección del Partido Comunista. Una actitud soberbia y arrogante han asumido en contra de trabajadores afiliados a los sindicatos de “El Siglo”, “Universidad ARCIS” y de la CUT. Mientras hacen un discurso público alentando a los trabajadores a formar sindicatos para defender sus derechos laborales, en aquellas empresas en que son dueños, o mantienen intereses, practican una soterrada política antisindical que ya se la quisieran los patrones más momios y neoliberales que existen en nuestro país. Desde esta página solidarizo con los compañeros del sindicato El Siglo, muchos de ellos a los cuales conozco personalmente y se de su lealtad y consecuencia por años con los principio comunistas, cuestión ésta última que no hay que confundir con la serie de errores que ha venido cometiendo, -después del lamentable fallecimiento de Gladys Marín- la actual dirección del Partido Comunista. En los hechos la actual dirección del P.C. chileno, ha hecho práctica de una aberrante y repudiable política antisindical en contra de sus propios trabajadores haciendo suyo el lema del “padre Gatica”, aquel que “predica pero que no practica”.

Y no sólo eso, sino más grave aún, están llevando cada vez más al Partido Comunista chileno a una peligrosa política de “cooptación” con los poderes políticos dominantes, aquellos mismos que son directos responsables de mantener y profundizar una política neoliberal lesiva para los intereses de los trabajadores y de todo el pueblo de Chile, y que con tanto ahinco (y justa razón) criticó y condenó el P.C. chileno en el pasado reciente, tanto como partido político propiamente tal, y también, como parte integrante del conglomerado del Junto Podemos.

En fin, hay muchos aspectos que aclarar y debatir respecto a lo que, no pocos, consideran una errática política de conducción de la actual dirección del Partido Comunista. Preocupados del destino del Partido comunista chileno, empiezan a surgir voces en su propio interior y, por cierto, de todo el espectro de la izquierda chilena, en cuanto a que con su actual línea política impuesta desde la Dirección Central, se está corriendo el riesgo de quedar con la mínima expresión de militantes, tal como le ha ocurrido a los otroras masivos y poderosos partidos comunistas de Italia y Francia, precisamente, por haber seguido éstos últimos una política de espurias alianzas con una deslavada izquierda socialdemócrata que se elevó al poder, bajo el precio de la renuncia a principios y objetivos revolucionarios, y al mismo objetivo socialista, que han sido intrínsecos en la lucha de los partidos comunistas en todo el mundo.

HERNÁN MONTECINOS
Escritor-ensayista

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lunes, 24 de septiembre de 2007

LA SEXUALIDAD DE LOS CURAS (Extracto)

Por: Marcelo Colussi
Fuente: aporrea.org (22.09.07)

¿Por qué los curas hacen votos de castidad? No lo preguntamos en el sentido de saber qué significado pueda tener eso en términos teológicos. Lo decimos –nada inocentemente sin dudas– para poner esa práctica en tela de juicio. De lo cual pueden desprenderse otras dos preguntas.

Por un lado: ¿se puede seguir siendo tan “ingenuo” –para decirlo con cierta elegancia– como para creer que el celibato es posible? Por otro: ¿no es un absoluto despropósito que alguien que ha vedado voluntariamente, en nombre de una causa superior, su vida sexual terrenal, pueda erigirse en guía y consejero justamente en temas ligados a ese campo? ¿En nombre de qué alguien que borró de su vida lo sexual –al menos oficialmente– puede no sólo dar consejos sino imponer conductas a otros en ese campo? ¿Cómo unos cuantos varones supuestamente de vida asexuada pueden dictarles las reglas de su vida sexual a las mujeres? ¿No tiene esto algo de, además de injusto, profundamente psicótico?

La sexualidad humana, definitivamente, no es algo fácil. Y lo que en modo alguno es –¿de dónde saldría tamaño disparate?–, no es ni puede ser, es algo “puro” químicamente. Es, por antonomasia, el lugar de las contradicciones, de los malentendidos, de los fallidos. Si queremos jugar con las palabras: es el lugar de las “impurezas” por excelencia. Siendo un ámbito donde todo se juega en relación a lo que eternamente se nos escapa, a la no-conciencia es, como mínimo, dudoso que pueda sostenerse un voto voluntario de toma de distancia respecto a la sexualidad, o en todo caso, al ámbito más acotado de la genitalidad (la sexualidad es mucho más que lo genital). La sexualidad, no como instinto animal sino como campo simbólico, es constitutiva de lo humano. Es, por tanto, humanamente “difícil” (digámoslo claramente: ¡es imposible!) renunciar a ella, aunque se declare la renuncia. ¿Por qué los curas pretenderían haberlo logrado? La prueba de tal imposibilidad se revela en la cantidad impresionantemente alta de hechos sexuales de que están plagadas sus vidas: paidofilia, relaciones genitales ocultas, hijos ilegales, novias y novios por doquier.

Después de la introducción del celibato como práctica obligada en 1563 en Trento, hubo papas que continuaron su vida sexual, por ejemplo Pío IV (1559-1565, con 3 hijos) o Gregorio XIII (1572-1585, con 1 hijo). Es decir: la instauración de una medida “administrativo-legal” no termina de ordenar la práctica cotidiana o, al menos, necesita de mucho tiempo para acabar por incorporarse plenamente en la cultura diaria. En el mundo de lo sexual –fuente de equívocos por excelencia, campo donde el deseo prácticamente no tiene límites– pareciera imposible (¿descabellado?) intentar legislar. Por decreto me tienen que gustar las morenas… ¿Y qué hago si prefiero las rubias? Y si a mi prima que es lesbiana le obligan que le gusten los morenos musculosos, ¿cómo hace? ¿Se pueden decretar los días que en que hay que hacer el amor? ¿Puede alguna legislación borrar la paidofilia?

En otras religiones distintas a la católica sus guías espirituales no se ven constreñidos a pasar por ese acto de renuncia, lo cual es mucho más sano. ¿Por qué el Vaticano aún persiste en esa práctica perversa? Lo criticable en todo esto no es, obviamente, que los religiosos puedan tener una vida sexual plena; lo censurable es la hipocresía con que es manejado todo el tema en el ámbito de la institucionalidad católica: se dice una cosa y se hace lo contrario.

Y a partir de lo anterior, entonces, podemos llegar a la crítica de fondo: ¿cómo es posible, en nombre de qué, una institución que establece pública y oficialmente la abstinencia sexual de sus miembros como su regla de oro, se arrogue el derecho de erigirse en llave moral de la sociedad, orientando, guiando, estableciendo prohibiciones incluso, respecto a las normas de vida que tocan directamente el ámbito sexual?

Ello, justamente, lleva a pensar en que algo de la edificación moral que constituye nuestro mundo occidental y cristiano no anda muy bien. ¿Cómo es posible que varones intolerantes, misóginos, que no saben nada –ni quieren saber por decisión expresa– de la sexualidad femenina, puedan dictaminar qué hacer y qué no hacer respecto al aborto, a la planificación familiar, al divorcio, a cómo criar los hijos? Suena extraño, ¿verdad? ¿No será hora de ir desenmascarando tanta hipocresía?

mmcolussi@gmail.com

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domingo, 23 de septiembre de 2007

Chi-chi-chi le-le-le

Por Por Ángel Carcavilla /
La Nación Domingo 23 de septiembre 2007

Si escucho una vez más la palabra Chile, vomito. Durante septiembre el bombardeo de chovinismo fue asfixiante, empalagoso y definitivamente fascista; se pasó.
Con el tiempo se ha ido acentuando lo momio en este país y en esta festividad se nota todavía más. Está bien celebrar, emborracharse y comer asados hasta desembucharlos por las narices, pero ese tufillo conservador, hinchado y fanfarrón que se huele por todos lados, definitivamente fastidia.
Seguramente sueno como un aguafiestas, un antipatriota, pero no creo ser el único al que le irrita escuchar Chile varias veces al día y en sus versiones más pasmosas.
Por lo demás, y digámoslo de una vez, Chile no es precisamente una palabra hermosa, elegante o fonéticamente encantadora. Más bien es una palabra picante, chirriosa y desagradable. Por algo nadie, salvo el tontorrón de Julio Iglesias, ha tenido la ocurrencia de ponerle a un hijo Chile. Supe de mujeres llamadas Francia, Argentina y hasta una vez conocí a una Colombia, pero Chile a nadie. Todos los días, a cada rato, suenan en la radio y la televisión anuncios payados, homenajes relamidos al terruño. La gente y decenas de comerciales entonando gingles que más bien parecen marchas nacionalistas, las que al son de ¡Vamos, vamos, chilenos!, ensartan incautos con jugosos e impagables préstamos patrios. En la cruzada por hartarnos de la nación, los medios también han hecho su aporte a la efeméride: mientras aparece el ABC1 disfrutando el 18 como la gente, el pueblo siempre está borracho, caído, feo y ordinario. ¿Acaso el pituquerío no se achispa?
Las páginas sociales son un cuento aparte, atiborradas de señores vestidos de huasos latifundistas, da la impresión de que todavía estuviéramos en la Colonia. Es más, estoy seguro de que si ahora se luchara por la independencia, serían los primeros en oponerse, fusilando a cuanto independentista se les cruzara en el camino. Ya lo dije en una columna anterior: las fiestas de la chilenidad estarían prohibidas en cualquier parte del mundo por excluyentes, xenofóbicas y fascistas.

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sábado, 22 de septiembre de 2007

EL NUNCA MÁS DE LOS RICOS Y DE LOS SOCIALISTAS

Fuente: EL TRABAJO n°136, PT_Chile@hotmail.com

Publicado por Correo Semanal
jueves, septiembre 20, 2007

Hace 34 años los dueños de Chile (y los del mundo), dijeron con claridad: ¡en Chile nunca más! Bachelett nos recuerda que esa promesa sigue vigente, con el agregado de explicitar que los socialistas también juraron, hacen 34 años, su propio nunca más.

Nunca más a la revolución política y a luchar por un ideal de justicia social, nunca más a confiar en los trabajadores y el pueblo, nunca más a pelearse con los poderosos, nunca a más a ser de izquierda.

Los ricos sabían a que decían nunca más, y todos lo sabían, y han defendido, y sabido defender, su caduco sistema. Fue el nunca más del enemigo que se ve en peligro y jura no ser vencido.
El nunca más de los socialistas fue muy diferente, fue el nunca más del derrotado que jura no volver a ser consecuente.

Triste es ver en que se convierte alguien que renuncia a una lucha que sabe justa, a un combate que simplemente tiene pavor de dar, triste es ver la metamorfosis del cobarde e hipócrita, su transformación de luchador social a administrador de su pasado, para mejor ofertarlo en el mercado de los mercenarios.

Debatir, convencer, transformar.¡¡¡A dar la lucha de las ideas!!!!

Centro de investigación, crítica y propuesta en educación.
"Simón Rodríguez".

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viernes, 21 de septiembre de 2007

EN CASA DE HERRERO CUCHILLO DE PALO

DIARIO "EL SIGLO" MANTIENE PRÁCTICAS ANTISINDICALES

UNA REPETICIÓN DE LO QUE HA SUCEDIDO EN EL SINDICATO DE LA UNIVERSIDAD ARCIS Y EN EL SINDICATO DE LA CUT

Por: Sindicato de Trabajadores de Editorial Siglo XXI

Los trabajadores del semanario El Siglo asociados en su sindicato, lamentamos profundamente tener que informar acerca del giro cada vez más negativo que han tomado los hechos relativos a las relaciones trabajadores-empresa.

Desde la constitución de nuestro sindicato, el 9 de marzo pasado, se han producido una serie de medidas de abierto rechazo y hostigamiento contra nuestra organización sindical y sus integrantes por parte de la empresa.

Se ha buscado por todos los medios desprestigiar a nuestra organización y sus miembros, en especial a sus dirigentes. Esto se ha realizado sin dar oportunidad de responder y/o aclarar aquellas acusaciones que se propagan en nuestra contra, la mayoría de ellas basadas en inexactitudes, como también en abiertas falsedades, incluido el que los trabajadores de El Siglo seríamos funcionarios del Partido Comunista de Chile (PC).

Cuando nos enteramos de que vendría una ola de despidos, nos organizamos para defender el derecho fundamental a ser desvinculados con los mínimos resguardos que establece la precaria Ley del Trabajo, e incluso contribuimos a que los dos primeros compañeros despedidos negociaran y obtuvieran una mínima cobertura económica de parte de la empresa.

Esperábamos que ese diálogo se mantuviera, pero con los siguientes exonerados no hubo intención alguna de negociar nada y la empresa endureció su posición, al punto de obligarles a recurrir a los Tribunales del Trabajo con sendas demandas.

Los intentos por retomar el diálogo fueron desechados por la empresa, con la que se estableció una tregua, sin manifestaciones públicas nuestras y sin nuevos despidos, que se extendió por tres semanas. Sin embargo, voces amigas nos advirtieron de que vendrían nuevas represalias, pues la empresa intentaba disolver el sindicato por medio de varias medidas. Entre las primeras disposiciones presentó una objeción ante la Dirección del Trabajo, sobre la legalidad del sindicato y nuestra condición de trabajadores dependientes de ella, en particular del presidente del sindicato, el compañero Julio Oliva. Se argumentó que sólo prestábamos servicios externos al periódico y que no teníamos relación de dependencia con la empresa, pese a que tenemos un promedio de diez años de trabajo en ella.

La Dirección del Trabajo falló recientemente a nuestro favor y nos confirmó como trabajadores dependientes de esta empresa, ratificando también la legalidad del sindicato.

Ante la inminente medida de terminar con nuestra organización sindical mediante la reducción de trabajadores asociados a ella, adoptamos la iniciativa de presentar nuestra propuesta de negociación colectiva, para enfrentar nuestra eventual desvinculación protegidos por el fuero legal y poder alcanzar un acuerdo de despido en buenos términos para todos.

Nuestra propuesta consiste en un contrato colectivo que solicita aumento salarial (nuestros sueldos están congelados desde el año 2000), de los aguinaldos, bonos de locomoción y colación, y el pago de una indemnización, mucho menor a un mes por año de servicio, cuyo monto difiere caso a caso de acuerdo a la antigüedad. Esta última parte es absolutamente ínfima al monto que podrían alcanzar las multas que puede sufrir la empresa por la no escrituración de los contratos y el no haber pagado cotizaciones previsionales durante años. La propuesta se presentó, como en toda negociación, para conversar con la empresa y encontrar de común acuerdo la salida que menos perjudicara a las partes, incluida la alternativa de aceptar que nos despidieran a todos, contemplando el pago de indemnizaciones a negociar.

La empresa rechazó la propuesta en todos sus puntos, e insistió en la ilegalidad de nuestro sindicato y en que no éramos trabajadores dependientes de ella.

La Dirección del Trabajo rechazó la nueva presentación del empleador, ratificó la legalidad del sindicato y la emplazó a responder nuestro petitorio en tiempo y forma acorde a lo establecido por la ley, en el marco de la negociación colectiva. Plazo que se cumple por estos días y en el cual tampoco hemos percibido voluntad de dialogar, lo que traerá aparejada una serie de graves multas.

Cinco días antes de conocerse esta resolución, y en medio de la negociación colectiva, fueron notificados verbalmente los compañeros Julio Oliva y Raúl Blanchet, presidente y secretario del sindicato respectivamente, de que serían despedidos. La notificación verbal se produjo al mismo tiempo en que se nos daba a conocer la respuesta negativa de la empresa al petitorio y la ya mencionada presentación hecha por el empleador ante la Dirección del Trabajo.

Tras la información verbal de nuestra desvinculación laboral, acudimos a la Inspección y estampamos la denuncia por haber sido despedidos durante el proceso de negociación colectiva, lo que es ilegal pues como se sabe, todos los socios del sindicato estamos protegidos por fuero durante el período de negociación.

La Inspección del Trabajo ordenó nuestro inmediato reintegro a las labores y la empresa firmó un acta ante la autoridad comprometiéndose a reincorporarnos en las mismas labores que desempeñábamos al ser notificados. Sin embargo sólo a uno de los reincorporados se le dio trabajo normal. Al segundo se le asignó algo muy vago y fue desplazado de su lugar habitual de trabajo. El computador en que realizaba sus labores fue cambiado de lugar y finalmente retirado de las dependencias en que funciona la empresa, como lo hicieron con el computador estratégico en la producción del medio, lo que impidió definitivamente que el trabajador pudiera concluir su labor iniciada los días anteriores. Al concluir la jornada, tal como lo hicieron en la semana en que se comunicó la separación de funciones, se dejaron sin publicar las crónicas asignadas a los despedidos ilegalmente.

Los actos hostiles en contra de nuestros socios son mucho más numerosos que los relatados. Hemos intentado resumir los más notorios, para ilustrar la descripción del momento que vivimos y el conflicto que enfrentamos.

Resulta amargo constatar que, una empresa inspirada en la conquista y defensa de los derechos de los más desprotegidos de la sociedad, y muy especialmente de los trabajadores, actúe igual o peor que todos los empleadores en contra de sus trabajadores cuando organizan sindicatos e intentan negociar mejoras a sus condiciones laborales. Lo que resulta más grave aún, cuando se recurre a prácticas antisindicales, iguales a las que denunciamos número a número en las páginas de nuestro semanario.

Damos nuestro más fraternal agradecimiento a quienes, a pesar de la campaña de difamación en nuestra contra, asistieron o enviaron sus saludos de solidaridad al acto de aniversario de El Siglo que organizamos los trabajadores el jueves 30 de Agosto.

Por el Sindicato de Trabajadores de Editorial Siglo XXI (Semanario El Siglo)

Julio Oliva García, Presidente.
Raúl Blanchet Muñoz, Secretario.
Ana Muga Sáez, Comisión Negociadora.
Jorge Texier Avellaira
Magdalena Muñoz Gutiérrez
Eliana Gómez Sáez
Jorge Zúñiga San Martín

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jueves, 20 de septiembre de 2007

ME HA LLEGADO CORREO

Estimado Hernán Montecinos”

“Soy Lautaro Wertheimer, proveedor de contenidos para Monografías.com.”


“Estoy al tanto del importante labor que realiza y es por eso que quisiera invitarlo a publicar sus trabajos, investigaciones, artículos y escritos en Monografias.com. Desde ya le informo que todo aquello que se publica lleva el nombre y la dirección de correo electrónico de sus redactores para garantizar de esta manera el respeto de su autoría y brindarles a los interesados la posibilidad de entrar en contacto.”

“Monografias.com es un sitio de acceso gratuito donde se publican investigaciones de toda índole. El sitio es visitado por más de 500.000 personas día a día, oriundas de más de 30 países, y constituye uno de los 50 links más visitados del mundo de habla hispana. Quienes nos dedicamos a la selección de los trabajos publicados en el sitio, estamos convencidos de que se trata de un medio excelente para facilitarle a los estudiantes de toda Latinoamerica el acceso a bibliografía de consulta, lo cual, si consideramos que se trata de un sitio absolutamente gratuito, se convierte en un recurso de importancia para la formación y difusión de conocimientos. Por otra parte, en el último tiempo el sitio ha sabido favorecer la comunicación entre investigadores de distintas partes del mundo, quienes -de no ser por la mutua lectura facilitada a través de monografias.com- estarían enfrentando mayores obstáculos para difundir sus conocimientos y establecer lazos con las diferentes comunidades.”

“Dicho esto, le agradezco el tiempo dispensado y, en caso de encontrarse interesado, no debe más que enviarme los trabajos a esta misma dirección de e-mail, o simplemente autorizarme, por esta vía, a publicar los que ya se encuentren en la Web”.

“Saludos y gracias,”

“Lautaro Wertheimer”
Móv. (+54-9-11) 5213 0402.
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NOTA. Obviamente responderé afirmativamente, con los respectivos agradecimientos por el ofrecimiento.

HERNÁN MONTECINOS

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BIENVENIDOS

Estimados amigos:

Los invito a visitar mi nuevo blog:
www.hernanmontecinos.blogspot.com

Un blog que contendrá abiertamente el pensamiento crítico- reflexivo hoy tan necesario para desmitificar las falsedades con que somos bombardeados a diario mediante un discurso oficial criollo y, también, con el venido desde afuera.

Un blog sin censura ni autocensura, representativo de las verdaderas y legítimas aspiraciones de una izquierda consecuente, aquella que por fortuna todavía persevera y existe, no de aquella otra, pusilánime, tibia y conciliadora, que no sólo desorienta y confunde al pensamiento de izquierda en Chile, sino también, lo daña en lo más profundo de sus sentidos anhelos.

Bienvenida sea toda la izquierda, que tendrá en estas páginas un espacio abierto para hacer llegar sus opiniones, sus quejas y denuncias, aquellas que la prensa oficial no acoge o simplemente silencia o acalla.

Un espacio abierto al debate, con la única condición de que éste se de en forma elevada y con altura de miras, y en donde los malos modales, el irrespeto o el insulto no tendrán cabida. Me interesa, más que nada, un debate de ideas, tan necesario hoy en el pensamiento de izquierda chileno.

Sean pues, todos bienvenidos, con la certeza de que este blog no defraudará, en absoluto, a sus potenciales lectores, en lo que dice relación con mantener una línea editorial consecuente con los principios y lineamientos que a grandes rasgos he referido.

Bienvenido sea el pensamiento crítico, y también el debate, sobre todo, la crítica, duela a quien duela

A todos, de antemano, muchas gracias por sus preferencias

HERNÁN MONTECINOS
Escritor-ensayista

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CHILE: ''ENDIECIOCHADO''.

QUÉ SE RECUERDA, QUÉ SE FESTEJA, QUÉ SE OLVIDA

Fuente: Pieldeleopardo.com

Días difíciles éstos. Días oscuros. Días en que cabe pensar qué se dice cuando se grita –si se grita todavía– "¡Viva Chile mierda!"

Acaso ya nadie sabe de Cordillera. Acaso la mar se tragó los sueños. Acaso sea posible encarar la pesadilla.

Sólo por ignorancia una sociedad festeja su propio ahorcamiento.

Por: Lagos Nilsson

Allá por 1810, como es costumbre entre nosotros los latinoamericanos desde antes de esa fecha y hasta hoy, los salones eran olla podrida de los rumores: que Fernando allá en la España, que el Virrey acá en América (no faltaban los que, peninsularmente, decían Indias en vez de América); que quién era ese tal Napoleón; que el ejemplo de los colonos ingleses, libres desde 1776 –y cuyos cónsules y agentes intrigaban en todas partes por eso de la pasión de la independencia–; que los locos aquellos que hablaban de recuperar estos reynos para sí mismos; que los que preferían esperar las noticias de la metrópoli; que...

Todo en una tierra todavía no terminada de explorar y chúcara al sur de Concepción. Un país que, Portales dixit al parecer 20 años después, no sabía por dónde se trazaba su límite norte, que el del sur era variable: ¡esos mapuche que no terminan de matar!
Lo que se recuerda

Por entonces fray Camilo soñaba con una imprenta (y tendría el fraile todo pensado acerca de cómo instalarla y hacerla funcionar para esa empresa romántica de ser independientes). Cinco años antes, en agosto de 1805, en Roma, el que sería conocido después como el libertador, un joven Simón Bolívar –el pequeño capitán valiente según Neruda– había jurado en el Monte Sacro dar la vida si necesario por la independencia, no de su país sino de América. Algunos conspiradores en Chile estaban noticiados de ese juramento.

No sólo conspiradores, que había –y brillantes– conspiradoras en todo el continente. Pronto mujeres como doña Javiera Carrera –se recomienda su biografía escrita por Virgina Vidal–, en Chile, y una pléyade en el resto de América arriesgarían tanto como sus pares varones, o más según los cánones de la época, por ese afán de fundar repúblicas. En ningún país americano, así como hay "padres de la patria", existen sus madres. Injusticia brutal apenas enmendada por el Presidente de la República del Ecuador, que de hecho reconoció a la quiteña Manuelita Sáenz como la legítima madre del Ecuador.

(No tuvo mucho eco Rafael Correa. Es comprensible. Doña Manuela fue hembra de armas tomar, capìtana en la batalla, amante de su amor entre las sábanas: la llamaron la libertadora del Libertador. Legítima madre de América Latina murió en 1856 en un poblado de la costa peruana: pobre, sola, abandonada, y su aporte en los años terribles de las guerras e intrigas por la independencia negado por decenas de años).

Intriga es la palabra que describe mejor lo que sucedía en las tertulias y saraos del temprano 1810. Intrigas llenas de garras y vitriolo: la gran mayoría de los impulsores de la independencia murieron jóvenes por traición o echados a un lado; los hermana la incomprensión, finalmente, a Carrera y a O'Higgins, a Manuel Rodríguez y a los demás.

Un siglo después los luchadores anarquistas tendrían la misma suerte, larga serie de persecuciones, asesinatos y espionaje que comienza en Tarapacá, en Santa María de Iquique, o acaso haya comenzado en Santiago un poco antes, que plantó sus calaveras en Magallanes y rueda hoy sobre los jóvenes okupas animadores de bibliotecas y peñas populares y sindicalistas que no reconocen militancia en la podredumbre vana de los partidos.

Lo que se recuerda, entonces, es el parto; se enmascara o vela cómo después y hasta nuestros días fue amarrada la criatura con fajas de leyes, instituciones y hambres y otras traiciones.

Lo que se festeja


Sólo por ignorancia una sociedad festeja su propio ahorcamiento. En Chile –como en toda América– siempre se cosechó más de lo necesario y el trabajo humano brindó más de lo preciso. Hasta después de mediado el siglo XIX, sin embargo, Santiago fue una ciudad insalubre, sometida al rigor del tifus y la TBC; sin recibir contingentes migratorios –como ocurría en la Argentina, por ejemplo– hasta entrado el siglo XX, y en cierta forma todavía, ya en el XXI, subsisten conventillos, callejones oscuros regados con aguas servidas, campamentos donde se hacinan lo pobres. Ya no, tenemos entendido, pero hasta no muchos años lucía una calle –la de La Moneda– un cartel significativo: se prohibe el paso de vehículos de tracción humana. Todo un símbolo.

O quizá un signo
.

¿Qué se festeja, pues, este 2007 de cinco días consagrados a Baco (que Dionisio era otra cosa) y ofrendados a la irresponsabilidad ciudadana? Se os dio un aguinaldo de fiestas patrias: ¡chilenos, a consumir! Cuando se os pase la borrachera veréis cómo pagar lo consumido.

Por cierto no se festejará la muerte –un balazo en el cráneo– de un sub oficial de Carabineros. Tragedia curiosa ésta. Al parecer lo asesinó un muchacho nacido, crecido, ¿educado? bajo los lineamientos de los gobiernos de la Concertación. No fue su asesino "mano de obra desocupada", como llaman en la Argentina a los perros que fueron de su propia última dictadura, el matador fue un un niño.

¿Por qué? ¿Era acaso un demente, un enfermo mental, un sicópata? No.

Fue un muchacho como decenas de miles: pobre de pobreza irremediable; un muchacho que no terminó sus estudios; un muchacho cuya familia apenas subsiste con el trabajo de los que de ella trabajan; un muchacho para el que nunca –lean de nuevo: nunca– se abrirán las anchas alamedas que los dirigentes políticos chilenos jamás tendrán ganas de abrir, ni unos ni otros, ni los de gobierno ni los de oposición.

Un muchacho probablemente inconsciente de lo que su crimen significa, como inconsciente es, seguro, de lo que significa haber vivido como había vivido hasta que disparó.

Nietos de la dictadura, cierto, pero hijos de la DC, del PS, del PRSD, del PPD (los partidos de la Concertación), el pobre asesino no hizo más que cumplir el mandato de la marginalidad, del individualismo capitalista –que en el caso de los pobres marginados reciben el nombre de lumpen–; no hizo más que intentar la solución de la tele para resolver su problema: la violencia.

Tristísima es la muerte de un carabinero que no era violento, ni en su vida privada ni en sus funciones; también fue tristísima la muerte a balazos de un trabajador forestal. La familia del carabinero al menos tiene el consuelo de que su duelo es compartido por la mayor parte de los habitantes del país, que la televisión y la prensa dedicó preciosos minutos –o líneas– a resaltar la hombría de bien de la víctima. El trabajador forestal no tuvo tal despliegue. Tal vez porque un carabinero muerto merece más que un muerto por carabineros.

El cabo Vera quiso ayudar a imponer el orden y salvaguardar la propiedad privada –poca y minúscula en el lugar donde ocurrió su sacrificio–; Rodrigo Cisternas quiso ayudar a los suyos a conseguir un salario digno y dignas condiciones de trabajo. Su viuda no tendrá pensión de gracia.

Qué se olvida


¿Qué se celebra? ¿El país que es? ¿El país que se soñó y que nunca fue? De punta y taco los cementerios para la muerte y los cementerios del alma.

Este 18 de setiembre de 2007 los chilenos olvidan en un mar de chicha y vino, al son de la cueca –que pocos bailan– y la cumbia –cuando suena todos mueven el culo–, al tenor de los asados –los más pobres un choripán–, entre abrazos, gritos y falsos huasos, amparados por "mi banderita chilena" y forzados, galeotes del consumismo mercantil, olvidan, digo, ese "mantelito blanco de la humilde mesa / en el que compartimos el pan familiar".

Y si alguno grita eso de "¡Viva Chile mierda!" no gritará el desafío de vivir en una suerte de isla lejos del mundo, no gritará que no será vencido ni por la helada ni el maremoto (que hoy prefieren llamar tsumani, porque así lo dicen las agencias de prensa estadounidenses), tampoco por el terremoto ni los derrumbes –ni por la sed, ni el hambre, ni por nada–: lo gritará en un grotesco remedo de su propia vida encalillada y sin futuro.

Es necesario dejar atrás la pesadilla.

Por mantener los ideales que los llevaron a la guerra por la independencia en un tiempo que cambió murieron los Carrera, Manuel Rodriguez, fue al exilio Bernado O'Higgins, fueron las guerras civiles de la década de 1821/30…

Por tener un corazón semejante murió Allende en 1973, y con él miles más fueron asesinados, torturados, privados de su nacionalidad.

Por la ira ante la traición consumada, porque no han terminado de vencernos –ni nos vencerán–, por la memoria y por Gloria Esther Lagos Nilsson, desaparecida y asesinada, grito mi solitario ¡Viva Chile, mierda!


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JUNTOS PODEMOS Y JUNTOS PODEMOS ¿“MÁS”?

Fuente: Correo semanal

Con fecha 9 de Agosto fue lanzada una declaración pública del Partido Comunista, la Izquierda Cristiana, el Partido Radical de Chile y numerosas otras organizaciones políticas y sociales, planteando su propósito de reimpulsar el JUNTOS PODEMOS “MÁS”.

Como integrantes activos y permanentes del JUNTOS PODEMOS, nos declaramos profundamente sorprendidos por este propósito: el JUNTOS PODEMOS original, fiel a sus principios fundacionales y a su voluntad de erigirse en una consecuente fuerza política antisistema, no ha dejado de estar funcionando desde su creación.

Veamos: el JUNTOS PODEMOS se autoconvocó el 24.11.03 y sus principios centrales pueden resumirse así:

El JUNTOS PODEMOS consideró que había llegado el momento político e histórico adecuado para conformar una fuerza capaz de ofrecer una alternativa al neoliberalismo y al sistema capitalista en general, buscando avanzar hacia un nuevo sistema político, económico y social que el progresivo aumento de la lucha y la conciencia del pueblo, irían definiendo y haciendo posible para nuestro país.

El JUNTOS PODEMOS determinó como su propósito estratégico el de convertirse en un referente válido y consecuente para la unidad y la toma del poder político por parte del pueblo.

Como consecuencia lógica, el JUNTOS PODEMOS se declaró en abierta oposición a la Alianza y a la Concertación, responsables políticos del sistema imperante.

Se hace así evidente que el JUNTOS PODEMOS no se constituyó como un simple acuerdo electoral, sino como un proyecto de largo alcance.

El pacto del JUNTOS PODEMOS se mantuvo intacto por largo tiempo y permitió la elaboración de un Programa de Gobierno para la candidatura presidencial de Tomás Hirsch en el año 2005… Solamente el 11 de diciembre de ese año, al confirmarse que los resultados de la elección obligaban a una segunda vuelta, se produjo la primera defección pública y flagrante de sus objetivos y estrategias: el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana declararon su voluntad de apoyar a la candidata de la Concertación. Por su parte, el Partido Humanista, el Partido Comunista (A-P) y numerosas otras organizaciones políticas y sociales, reiteraron su decisión de votar nulo, fieles a los principios PODEMISTAS que señalan que la Alianza y la Concertación no son sino dos variantes leves del capitalismo neoliberal.

Y con la misma consecuencia hemos continuado trabajando hasta la fecha, sintiendonos ahora desconcertados por intención de reimpulsar lo que por nuestra parte siempre ha estado potenciado. Pero por sobre todo nos parecen incomprensibles declaraciones como las siguientes:

I) Manuel Jacques, presidente de la IC habla de los “descolgados” del pacto. ¿A quienes se refiere? ¿A los que jamás hemos abandonado el JUNTOS PODEMOS? ¿A quienes ni siquiera consideramos la posibilidad de apoyar a la Concertación? ¿Quiénes en realidad se descolgaron del camino trazado?

II) Jacques agrega que no habría diferencias de fondo con “los descolgados”, sino sólo de matices. Y da como ejemplo el (siempre presente) binominal: ellos (PC; IC) estarían por cambiarlo “aunque fuera de manera parcial”, mientras que los otros (es decir, nosotros, “los descolgados”) “sólo aceptaríamos que se lo eliminara por completo”

¿¿Cómo?? ¿Desde cuándo ha sido la preocupación principal del JUNTOS PODEMOS la abolición del binominal, desde cuándo estamos dispuestos a romper nuestros cánones persiguiendo, suplicando y transando todo por conseguirlo?

Para el JUNTOS PODEMOS las causas concretas que asume se enmarcan en su proyecto global antisistema. Así, la lucha por una constitución democrática y participativa, tiene pleno sentido porque va enmarcada en el proyecto de remover las bases de sustentación del sistema. Pero no le interesa convertir una determinada reivindicación concreta en una “causa” en sí misma, y menos aún, intentar conseguirla en alianzas y componendas con los sustentadores.

III) En el mismo sentido, el primer párrafo de la declaración de este reimpulsado JUNTOS PODEMOS “MÁS”.plantea como un objetivo de “primer orden” la lucha por terminar con la exclusión… Preguntamos de nuevo: ¿desde cuándo?… Pero además: ¿qué estamos entendiendo por exclusión? ¿Exclusión del modelo neoliberal actual, exclusión del parlamento neoliberal actual, exclusión del gobierno neoliberal actual? ¡Lo que menos le interesa al JUNTOS PODEMOS es incluirse! ¡El JUNTOS PODEMOS no persigue luchar contra la exclusión del sistema neoliberal, el JUNTOS PODEMOS nació para luchar contra el sistema mismo! Más aún: el Partido Humanista ya estuvo incluído en la CONCERTACIÓN y en su primer gobierno y se excluyó voluntariamente para no hacerse cómplice de ella al constatar su abandono de principios.

IV) Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, señala por su parte, que son los altos resultados obtenidos por el JUNTOS PODEMOS en la encuesta Adimark, del 11,7%, lo que los motiva a lanzar este reimpulso “podemista”.
Ya señalamos que el JUNTOS PODEMOS no nació como un pacto electoral, sino como un proyecto antisistema de existencia permanente. Por lo tanto plantearlo como un simple acuerdo a reavivar en vista de las buenas cifras para las próximas elecciones, nos parece una violación más al espíritu y a la letra de la carta fundacional del JUNTOS PODEMOS.

V) Y agrega el Sr. Teillier: “estos guarismos nos obligan a responder a esa muestra de confianza y adhesión…”

¿Entonces la muestra de “confianza y adhesión” se orientaría hacia el JUNTOS PODEMOS “MÁS” aún no activado del Sr. Teillier? Creemos más bien que lo que esas cifras expresan es el creciente deseo del pueblo de adherir a opciones políticas que ofrezcan salidas al sistema que los asfixia, es un respaldo a una oposición consecuente al modelo… Y el JUNTOS PODEMOS que hemos mantenido vigente es el único que ha estado respondiendo a esas expectativas.

Nos preguntamos entonces: ¿este JUNTOS PODEMOS “MÁS” pretende ser el mismo JUNTOS PODEMOS cuyos principios y trayectoria hemos delineado? ¿O estamos frente a un conglomerado nuevo, con objetivos y tácticas completamente diferentes al histórico pero que pretende, sin embargo, recoger su nombre y su prestigio, pero no sus principios, sus motivaciones, su proyecto ni su ética?
¿O irá en el “MÁS” la diferencia?
Porque:
Si “MÁS” significa interactuar con la Concertación y a veces hasta con la Alianza para obtener una especie de caricatura de “eliminación del binominal…” ese PODEMOS no es el nuestro.

Si “MÁS” significa hacer “pactos por omisión” con la Concertación para obtener algunos representantes municipales… ese PODEMOS no es el nuestro.

Si “MÁS” significa presentar como un logro, como un éxito la larga cadena de claudicaciones cometidas para “terminar con la exclusión…” ese PODEMOS no es el nuestro.

Si “MÁS” significa declararse “antineoliberal”, “de oposición”, “partidario del incremento de la lucha social”, y al mismo tiempo trabajar en santa alianza con las fuerzas del sistema… ese PODEMOS no es el nuestro.

El nuestro es el JUNTOS PODEMOS que el pueblo requiere en este momento de ascenso incontenible de la lucha social: un referente claro, no contaminado, que no llame a confusión. Un referente que le señale que existen vías coherentes para superar al sistema. Lo que el pueblo necesita es un JUNTOS PODEMOS consecuente, nítido y leal, para seguir caminando en la construcción de un futuro socialmente mejor.

JUNTOS PODEMOS
Comunal San Bernardo


Publicado por Correo Semanal

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