miércoles, 26 de septiembre de 2007

NUEVA DECLARACIÓN PÚBLICA DEL SINDICATO DEL DIARIO "EL SIGLO"

SOLICITADA
26.09.07

Los trabajadores del Semanario “El Siglo”, organizados en este sindicato, anunciamos muy a nuestro pesar que, el lunes 24 de septiembre, votamos la huelga legal ante la persistente negativa de la empresa a conversar con nosotros. Los trabajadores de El Siglo, la mayoría de larga data en este medio de comunicación, lamentamos que este proceso de negociación colectiva, al que fuimos impulsados por la arrogancia de los dueños de la empresa Editorial Siglo XXI, haya llegado a este punto de inflexión. Varios hemos compartido como compañeros leales en riesgosos episodios de lucha contra la dictadura, con los mismos que hoy, en su calidad de patrones, nos niegan la palabra, nos hostigan laboralmente, nos despiden, nos trasladan de lugar de trabajo sin aviso previo y nos mandan hacinados a una sala aún sin habilitar para cumplir nuestras funciones. Todo esto, en vísperas de votar la huelga. Actitudes que identificamos como propias del peor empresariado nacional.

Lo que estamos pidiendo simplemente es que se respeten nuestros derechos como trabajadores, considerando además que aportamos con años de carencias y sacrificios a este que fuera un proyecto compartido de construcción y fortalecimiento de nuestra prensa.

La mayoría de nosotros no cuenta con contrato laboral. Sólo dos integrantes de nuestro sindicato tienen contrato indefinido y les imponen por el salario mínimo. Otros, aceptaron como favor a la empresa, firmar un contrato (ficticio) a honorarios hace un par de años, cuando la empresa corría el riesgo de ser multada por diversas infracciones a las leyes laborales. De esos mismos contratos se vale ahora la empresa para intentar despedir, sin ninguna compensación, a dos de los más antiguos trabajadores de nuestro medio.

Es sabido, y aceptado por nosotros en su momento, que nuestros sueldos son bajos. Quien más gana recibe $280.000, con más de 17 años de experiencia y cumpliendo cargos de responsabilidad, mientras que el editor internacional apenas alcanza un sueldo de $130.000.

Con nuestros sueldos, como es imaginable, sólo se puede vivir al día. No tenemos capacidad de ahorro, y la mayoría de nosotros tiene lagunas previsionales que superan la década.

A comienzos de los noventa aceptamos estas condiciones concientemente, porque estábamos ayudando a construir la prensa de izquierda y difundiendo los problemas sociales y laborales que vivimos los trabajadores, aunque incluso en ese primer período tuvimos contrato de trabajo bajo otra razón social. Pero las condiciones fueron cambiando paulatinamente, hasta que nos vimos obligados a organizarnos como gremio debido a las decisiones unilaterales que emprendió la dirección del medio, que contemplaron el despido de tres de nuestros compañeros, la amenaza de despido contra otros tres y el posterior menoscabo y maltrato hacia quienes continuamos cumpliendo nuestras funciones, llegando al momento actual en que nos encontramos hacinados y aislados en una oficina de la Fundación Gladys Marín, sin teléfono, ni conexión a internet y marginados por el director Francisco Herreros, y la subdirectora, Dolores Cautivo, de la producción del medio.

Hoy martes solicitamos los buenos oficios de la Dirección del Trabajo, intentando una vez más, que sea el diálogo entre la empresa y nosotros, el camino que ponga fin a un conflicto que nunca debió existir y que a nuestro juicio se vio alentado por la soberbia y terquedad de la empresa, propia de los mismos sectores dominantes que marginan y excluyen a los más desprotegidos, aquellos sectores que denunciamos semanalmente desde nuestras páginas ante nuestro pueblo.

Llamamos a nuestros lectores y compañeros a materializar el apoyo que nos han manifestado, difundiendo los comunicados que hemos enviado y aclarando las tergiversaciones que sobre nuestras demandas se han difundido.

A los dueños de la empresa les pedimos un mínimo de consecuencia que corrija una actitud que sólo está ocasionando daño al Semanario El Siglo y a los ideales que dicen representar.

Sindicato Trabajadores El Siglo
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NOTA.- Sin perjuicio de difundir la declaración, creo pertinente señalar lo siguiente:

Una especie de enfermiza esquizofrenia se ha apoderado de la actual dirección del Partido Comunista. Una actitud soberbia y arrogante han asumido en contra de trabajadores afiliados a los sindicatos de “El Siglo”, “Universidad ARCIS” y de la CUT. Mientras hacen un discurso público alentando a los trabajadores a formar sindicatos para defender sus derechos laborales, en aquellas empresas en que son dueños, o mantienen intereses, practican una soterrada política antisindical que ya se la quisieran los patrones más momios y neoliberales que existen en nuestro país. Desde esta página solidarizo con los compañeros del sindicato El Siglo, muchos de ellos a los cuales conozco personalmente y se de su lealtad y consecuencia por años con los principio comunistas, cuestión ésta última que no hay que confundir con la serie de errores que ha venido cometiendo, -después del lamentable fallecimiento de Gladys Marín- la actual dirección del Partido Comunista. En los hechos la actual dirección del P.C. chileno, ha hecho práctica de una aberrante y repudiable política antisindical en contra de sus propios trabajadores haciendo suyo el lema del “padre Gatica”, aquel que “predica pero que no practica”.

Y no sólo eso, sino más grave aún, están llevando cada vez más al Partido Comunista chileno a una peligrosa política de “cooptación” con los poderes políticos dominantes, aquellos mismos que son directos responsables de mantener y profundizar una política neoliberal lesiva para los intereses de los trabajadores y de todo el pueblo de Chile, y que con tanto ahinco (y justa razón) criticó y condenó el P.C. chileno en el pasado reciente, tanto como partido político propiamente tal, y también, como parte integrante del conglomerado del Junto Podemos.

En fin, hay muchos aspectos que aclarar y debatir respecto a lo que, no pocos, consideran una errática política de conducción de la actual dirección del Partido Comunista. Preocupados del destino del Partido comunista chileno, empiezan a surgir voces en su propio interior y, por cierto, de todo el espectro de la izquierda chilena, en cuanto a que con su actual línea política impuesta desde la Dirección Central, se está corriendo el riesgo de quedar con la mínima expresión de militantes, tal como le ha ocurrido a los otroras masivos y poderosos partidos comunistas de Italia y Francia, precisamente, por haber seguido éstos últimos una política de espurias alianzas con una deslavada izquierda socialdemócrata que se elevó al poder, bajo el precio de la renuncia a principios y objetivos revolucionarios, y al mismo objetivo socialista, que han sido intrínsecos en la lucha de los partidos comunistas en todo el mundo.

HERNÁN MONTECINOS
Escritor-ensayista

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