Por Eduardo Yáñez Morel
Fuenta: Poensachile (17 de enero de 2008)
Cada cierto tiempo aparecen manos censuradoras. Manos de tijera, aquellas afiladas navajas que pretenden imponer al resto de la sociedad sus puntos de vista y moral. Esta vez le tocó a la escuela de teatro de la Universidad Católica afectando a los alumnos de teatro, a la directora Verónica García Huidobro y a Rodrigo Canales, responsable de la producción.
Cada cierto tiempo aparecen manos censuradoras. Manos de tijera, aquellas afiladas navajas que pretenden imponer al resto de la sociedad sus puntos de vista y moral. Esta vez le tocó a la escuela de teatro de la Universidad Católica afectando a los alumnos de teatro, a la directora Verónica García Huidobro y a Rodrigo Canales, responsable de la producción.
Tanto García Huidobro como Canales se negaron a modificar pasajes de la obra denominada “Insultos Públicos del austriaco Peter Handke. Lo cual les costó su despido. La polémica se produjo con algunos textos alusivos a la figura de Michelle Bachelet por su peso, algunos montajes desnudos y canciones alusivas a Pinochet.
La Universidad Católica al aceptar la censura al interior de sus aulas da un mal ejemplo, no solo a sus alumnos y facultativos, sino que a toda la sociedad. La UC, con esta medida, propina un duro golpe a la libertad de expresión. Las sociedades abiertas condenan a la censura en todas sus formas. Pero lo que realmente duele es que personas valiosas pierdan sus empleos por defender a “la madre de todas la libertades”
* El autor pertenece al Comité Pro-Defensa Ciudadana
jueves, 17 de enero de 2008
MANOS DE TIJERA
Publicado por nancho en 5:04
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