lunes, 7 de enero de 2008

SOBRE LA CUESTION DE LA UNIVERSIDAD

Por: Aníbal Venegas
Fuente: Diario "El Clarín"
06 de enero de 2008

Nadie puede contemplar a la Universidad hoy en día, como el mundo donde nace y se expande el universo de las grandes ideas. Más cercana al concepto capitalista de Centro Comercial, la Universidad como tal ha perdido definitivamente su fuerza impulsora, la naturaleza misma de su ser. ¿Qué es la Universidad hoy día?

Es sabido que pocas son las personas en Chile que asisten a la universidad para desarrollar el comprender. Siempre habrá un corro de gente superior, pero no se hablará de ellos; nuestro afán se concentra en el joven burgués enajenado, esa bestia medio horripilante que ofrece el primogénito al comercio. Se trata de un ser bastante vulgar, tonto y feo por lo demás: bien podría existir o no, empero, la sociedad –o suciedad- seguiría prevaleciendo.

El joven burgués promedio es una suerte de monstruo caricaturesco, hecho a imagen y semejanza del gran Dios Neoliberalismo: su tosquedad es símbolo de nacimiento, su sosería herencia de los padres y su inteligencia una suerte de nadería comercial, combinada con un hálito de estupidez inmanente. Criado en naves mercantiles de toda índole –Mall, Televisión e Iglesia- proyectará un magnífico estilo de vida ulterior a la mayoría de edad, siempre inserto en cualquiera de los componentes del siguiente dualismo: Universidad-Fuerzas Armadas.

La Universidad es la esperanza común, la Institución que les hará superiores (“Educación Superior” se le llama en Chile). Alienados por un sistema que les hace anhelar lo que éste quiere y necesita que anhelen, esos jovencitos burgueses “escogerán” la carrera universitaria que más les acomode, la que ofrezca mayor alegría y tranquilidad espiritual en el devenir. Así surgen las diversas ingenierías –o las “imbecilerías”-, pedagogías, medicinas, sociologías, naderías y escatologías.

Como el intelecto es lo que menos se quiere desarrollar en la Universidad y en cambio, la plusvalía económica es el fin último, casi nadie escoge las carreras que tienen que ver con el Origen del saber, bien porque no hay interés y además porque no existen o nadie necesita de esos profesionales (Filología Clásica, Historia de las Religiones, Literatura Medieval, etc.). En cambio todos contemplan con arrobo esos infinitos listados donde se exponen las carreras que aseguran el porvenir dichoso, más de acuerdo con el sistema imperialista de las grandes economías que esas otras “cuestiones de ociosos”, toda vez que se menciona a Kant y Hegel.

Pero toda esa amalgama de estupidez no podría superar los límites de la tontería, sin la ayuda de las Universidades Privadas. ¿Qué es la Universidad Privada?

He aquí la breve historia de la Universidad Privada:

Había una vez un señor chileno que recibió una herencia millonaria durante la Dictadura de Pinochet. Este señor debía decidir en qué cosa invertiría su fortuna y casi se mete en el negocio de las Sopaipillas, pero afortunadamente se dio la posibilidad de lucrar con algo que siempre sería una necesidad inagotable: la educación. Gracias a esto, abrió muchas Universidades donde se impartieron las carreras más “in” y donde además –de paso- podría difundir sus propias creencias y visiones de mundo. Y este señor fue más y más millonario y muy feliz. Colorín colorado.

La Universidad Privada es la posibilidad de alcanzar “educación” para un amplio sector de la población chilena: los mozalbetes aburguesados hijos de papá, mediocres por añadidura; los peones de día y estudiantes de noche; los hijos de algún Opus dei que prefiere la Universidad Cerro Huelén antes que mezclarse con el perraje. Ecce Hommo Chilensis.

Hechizados por los macilentos modelos –seguramente argentinos y brasileños- que aparecen en los spots de las Empresas de la Educación “Universidad Sanguchito”, “Universidad del Sub-Desarrollo” o “Universidad Cerro Huelén”, miles de cretinos pagan millonarias cifras sólo por obtener un cartón duro que ni para limpiarse el culo sirve. Pero claro, el mensaje elocuente de todas esas casas de idiotez es muy seductor: servicios higiénicos con masajistas y Pilates, psicólogos para esto y lo otro, carreras tan necesarias como la Filosofía del Turismo o la Ingeniería Civil mención Recreo (acreditada).

Nada hay de extraordinario cuando se nos habla de universidad, y esto porque todos quienes anhelan retornar hacia el origen se encuentran solos en la búsqueda de ese camino. Necesitamos fundar nuevas trincheras de resistencia que nos permitan soportar una idiotez in crecendo y que en un par de años azotará nuestra nación de forma inmisericorde: lo importante es protestar mientras está ocurriendo el Nacimiento de la Tragedia.

anibal.venegas@gmail.com

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