jueves, 14 de agosto de 2008

QUÉ CLASE DE DEMÓCRATA ES AQUEL QUE NO EMPORCA EN SU PROPIA DEMOCRACIA

Por: René Dintrans
Fuent: www.elclarin.cl (13.08.08)

A nadie le llama la atención, que existiendo la vacante de un representante popular, producida por el inevitable y lamentable fallecimiento de un distinguido diputado que fue elegido mediante sufragio universal, este sea reemplazado mediante el movimiento de un dedo indicativo.

Ahora le tocó al dedo socialista designar al diputado de entre sus militantes que debía encontrarse en una de las tantas corrientes que subsisten en su seno, específicamente en aquella que ha logrado imponerse en sus últimas elecciones internas, más claramente en su directiva, en consecuencia en su figura máxima, que en este caso no podía serlo, ya que él estaba inhabilitado puesto que es actualmente Senador de la República. De modo que hubo de materializar su singular designación en su Secretario General.

Nuestra democracia de mentirilla, de vez en cuando queda en evidencia frente a la ciudadanía.

Estas vergonzosas figuras tienen un respaldo legal, puesto que ocurren en virtud de mecanismos contemplados en la despreciable Constitución Política que nos rige, más despreciable todavía, ya que se trata de modificaciones que se han llevado a cabo mediante quórum calificado, que tiene lugar, sólo cuando se trata de hacerla más antidemocrática.

Francamente es más decente no ocupar ese sillón parlamentario, sobre todo tratándose de un hombre que hizo de su vida, la defensa de los derechos humanos y la democracia.

De lo contrario el diputado habría de salir de una elección como dios manda. Si no hay elección, no hay diputado. Así de simple.

Que sacamos con seguir fustigando a la Derecha por su vocación antidemocrática, autoritaria y golpista. Por su actitud permanente de protección a la Constitución Política del finado Pinochet.

A estas alturas haríamos bien en respetar, en estudiar los sagaces pasos que da la Derecha. En sacar cuentas de cómo convence a los pro-hombres de la Concertación para hacerlos concurrir a esas modificaciones de la Constitución del 80 propias de payasos. De payasos abyectos, envilecidos.

Deberíamos guardar riguroso silencio y no escribir nunca más.

Por lo pronto, me quedo con la imagen de los chilenos auténticamente democráticos. Es imposible no pensar por estos días en el presidente Salvador Allende. Un demócrata de tomo y lomo.

El presidente, en medio del desarrollo del intento golpista de la Derecha , aquella madrugada del 29 de Junio de 1973, preludio del levantamiento militar contra el Estado de Derecho que ocurrió en Septiembre, rehusó imponer el Estado de sitio que la Constitución Política de la República lo facultaba.

Habría encarcelado sin asco a los militares y civiles golpistas, habría conjurado tal vez el otro golpe, el fatal.

Habría estado sin lugar a dudas en mejor pie para enfrentar lo que venía, el propio general Prats le hizo ver la situación. Sin embargo él se comportó como un auténtico demócrata. Nos dejó un legado a todos los chilenos que amamos la libertad. La democracia no se transa.

Otros hombres serán los que vendrán.

Ciertamente que ninguno de los que conocemos hasta el momento querido Presidente.

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