viernes, 18 de julio de 2008

ECCE HOMO CHILENSIS

Por: autor Aníbal Venegas
Fuente: www.elclarin.cl (18.07.08)

Medio mundo ha comentado respecto al atrevimiento de la adolescente que aventó un jarrón de agua en la cara de la ministra de Educación. Se ha dicho que la niña aquella es en cuestión una malcriada, una guedeja de instintos liberados y cuya voluntad tiene más relación con la del reino animal antes que con ser humano alguno. La verdad es que todos espetan sus verdades acerca de la mocita y rinden una increíble pleitesía a la ministra, como si de una heroína o una muy encomiable majestad se tratara. Ecce Hommo Chilensis.

Los ministros en Chile son escogidos por la máxima autoridad del país, el presidente de turno y a su vez este último ha sido “pseudo” elegido por los que se encuentran registrados para votar. De tal forma queda al servicio de la fortuna y el acaso nuestro agrado respecto a las máximas autoridades ministeriales, que la mayoría de las veces o son unos completos ineptos (basta recordar la experta en sentadillas y test de Cooper que ostentaba hace poco la corona de Ministra de Educación) o hacen de la obediencia y una absoluta desidia su bandera de lucha, habiendo muy pocos casos en los que un verdadero intelectual de las diversas áreas del pensamiento tiene la oportunidad para tratar vanamente de “hacer bien las cosas”. En Chile el favor o el odio popular respecto a cualquier acontecer, normalmente viene dado a partir de la construcción de la realidad regentada por los Medios de Comunicación y que tiene por objetivo central mantener incólume al poderío oficial.

Esta semana nos han tapizado los oídos con las informaciones esparcidas por aquí y por allá, respecto a una niña que tuvo la osadía de aventar un jarro de agua fresca en la empolvada y temerosa cara de la Ministra de Educación, su majestad Mónica Jiménez, durante un meeting en el que participaban estudiantes y profesores. El gobierno manifestó ipso facto su descontento ante tan drástica medida, espetando por doquier que en democracia tales manifestaciones no tienen lugar. Lo cierto es que se trata de un acto reprochable –desde un punto absolutamente conservador y moralista, por supuesto- pero que en nada se asemeja a la represión gubernamental contra las demandas ciudadanas que a través de este mismo medio, nos hemos cansado de denunciar. Ya es un lugar común el aclarar que durante reyertas pacíficas y no pacíficas, justificadas e injustificadas, el gobierno envía a ese potpurrí de violencia contenida oculta tras el nombre de “Fuerzas especiales de Carabineros”, quienes armados de litros y litros de agua, bombas lacrimógenas, palos e inclusive disparos al aire, reprimen a la ciudadanía sin mediar consecuencias.

Para nada me interesa profundizar en este artículo respecto a la violencia ejercida por el Estado en cada manifestación popular donde las demandas tratan de ser puestas en la Agenda, y donde además se utiliza hasta el paroxismo una palabrota llamada “terrorismo” que hoy en día constituye el cliché más híper ventilado de toda Latinoamérica. Lo que verdaderamente llama la atención, es la estupidez y la imbecilidad que atrofia los cerebros de las masas derechistas chilenas y que les dificulta para pensar más allá de la información que mastican cual vacas perezosas, a partir de lo que “leen” en los Medios de Comunicación ¿De masas? ¿De idiotas? Chilenos. He visto Cartas al Director donde los más valientes exponentes de un populacho obtuso envían palabras de aliento y apoyo a la Ministra de Educación; “yo apoyo a la Señora Jiménez”, “La juventud de hoy no es como la de antes”, “Tan bien que se viste esa señora, de tul y fino paño de pies a cabeza”. Ecce Hommo.


¿Quiénes sino los involucrados en las reyertas, conocen la real significación de lo que personalmente he denominado “el jarrón del angelito”? Es increíble el hecho de que cientos de personas demuestren su descontento ante la patudez de la que muchos han tildado como “una cría endemoniada”, cuando en la realidad sus vacías y enajenadas existencias poco y nada se modificarán con las lisonjas y ensalzamientos ofrecidas a una MINISTRA que ellos no han escogido sino que les vino dada por voluntad presidencial. Llama absolutamente la atención esta particular solidaridad popular hacia el gobierno, cuando este último es el culpable (¿Quién más ha ostentado el poder durante 18 años consecutivos?) de todo nuestro silencio y desinterés, de nuestro abandono y aciago renunciamiento. Nunca se ha publicado tanta afectación villana acerca de la desdicha ministerial, y en cambio el más natural mutismo se sostiene hasta el día de hoy respecto a la flojera gubernamental en materias vinculadas al avance en Derechos Humanos, Pobreza, Dignidad Humana, Filosofía y Ciencia.

Tanto el delirante conservadurismo como así también la Concertación han dado una palmadita de apoyo a la Ministra, mientras las insondables callejuelas en los arrabales se inundan año tras año con la lluvia ácida que sólo permite que los mustios cardos se vistan de gala. Indignación nacional ha provocado el “jarrón del angelito” y los jacales atiborrados de miseria se continúan pudriendo toda vez que un nuevo invierno ennegrece los cielos y oscurece el alma. Sólo los rudos pedruscos de las poblaciones se mantienen indemnes al paso de las aguas que por obra de Dios (y acá supuestamente el hombre no tiene nada que ver) se dejan caer con un frenesí increíble, y en cambio suenan como agradables sinfonías cuando acarician las techumbres de las casas señoriales donde habitan activistas y escritores, ministros y presidentes de estado ¿Qué importancia tiene entonces un chorrito de agua en el rostro de una Ministra? Sólo falta de respeto ¡Cuánto sabemos nosotros de respeto! Nosotros, los que no podemos observar porque sólo hay cosas para ver, los que no podemos escuchar porque sólo hay bullicio estridente para oír, los que no podemos pensar tranquilos y aquellos que no le temen a una deliberada concupiscencia porque el agua que inunda sus hogares pronto enfermará a una interminable prole, nosotros no tenemos idea de respeto ¡Somos unos irrespetuosos! Pronto habrá quienes harán sus mandas al jarrón del angelito…

anibal.venegas@gmail.com

No hay comentarios: