REPETIRSE EL PLATO

Por Juan Pablo Cárdenas S.
Fuente: www.elclarin.cl (17.07.08)

En la víspera de cualquier evento electoral es cuando mejor se retrata la condición abyecta de los políticos que son rehenes de un sistema electoral acotado, de partidos devenidos en máquinas electorales y de instituciones que, como el Parlamento, carecen de solidez e independencia institucional. Por lo mismo, es cuando mejor el Gobierno y los poderes fácticos pueden ejercer su voluntad prácticamente absoluta sobre las grandes decisiones nacionales.

Tal como en el pasado, vamos a enfrentar elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales sin cambios sustantivos a favor de un adecuado ejercicio de la soberanía popular y que permita que los chilenos realmente nos sintamos representados en las comunas, las cámaras legislativas e, incluso, en La Moneda. Es cuestión de observar cómo se impone una Ley de Educación ampliamente rechazada por estudiantes, profesores y los propios padres y apoderados. Somos testigos, asimismo, de la forma en que se consolidan los caprichos de un Ministro de Hacienda insensible al drama que vive la amplia mayoría de la población ante la inflación y el grave deterioro del poder adquisitivo. Sólo los jueces, que tienen menos que ver con las elecciones, tienen en estos días la posibilidad de irritarse un tanto por la forma en que el Ejecutivo le retarda los recursos para administrar el que debiera ser todo un poder del Estado, y no resulta ser más que una mera dependencia de quienes eligen a los altos magistrados y les asignan año a año sus presupuestos.

Buen tiempo para advertir la forma vergonzante en que nuestras ramas “legislativas” deben someterse a los proyectos concebidos en el Gobierno y discutidos con las organizaciones patronales de tan expedita relación con las autoridades. Cómo no darnos cuenta que la misma normativa sobre Educación lo que más busca consagrar es el negocio de los “sostenedores”, curioso término para identificar a quienes lucran con los aportes fiscales que les son asignados religiosamente. Sin mayor fiscalización, y con la presunción más que fundada de ilícitos cometidos por quienes entregan y reciben tales subvenciones.

Se consumó ya una nueva parodia para burlarse del Partido Comunista y de otras organizaciones excluidas. Como ha ocurrido tantas veces, la reforma al sistema bi nominal no reunió en el Senado el quórum necesario. El Gobierno no le puso presión suficiente a su propia iniciativa ni la Alianza Por Chile se avino al mínimo retoque a una lacra institucional que amenaza con una nueva y grave crisis política, cuando todos los desplazados por el sistema se unan y se convenzan que sólo una movilización social drástica puede convencer a quienes privilegia el sistema a abrirse a una reforma democrática groseramente postergada. Es posible que lo único que alcance a aprobarse antes de los próximos comicios sea una iniciativa que otorgue derecho a los dirigentes sindicales para aspirar a un escaño en el Congreso Nacional. Gracias, nada más, a que los partidos necesitan compensar a sus dirigentes sociales genuflexos y reclutar algunos nombres que reemplacen a aquellos diputados y senadores que sólo por “fatiga e material” ya no pueden perpetuarse más en el “servicio público”.

En lo demás, sólo en los municipios será posible advertir algunos cuantos cambios, como consecuencia de que para la elección de alcaldes y concejales no rige la camisa de fuerza electoral que se impone para integrar el Parlamento. De allí que los parlamentarios anden ya afanados por agradar al Gobierno, a sus directivas partidarias y a los empresarios de más gruesa billetera. Asumiendo, por supuesto, que de éstos depende su reelección, los recursos de campaña y la posibilidad de aparecer en la foto con los candidatos presidenciales. Que, otra vez, serán los postulantes de siempre o los que se quieren “repetirse el plato”. De allí que es difícil que prospere, ahora, la iniciativa que pretende ponerle límite a las reelecciones, como aquella que obligaría a las colectividades políticas a organizar primarias para designar a sus candidatos.