Por: : Fernando Caro
Fuente: www.revistapuntosuspensivo.wordpress.com (19.06.08)
Lo primero que hay que decir es que la muerte de toda persona,independientemente del cargo que ocupe, es una situación dolorosa que aflige a los familiares más cercanos quienes merecen respeto ante el dolor que sienten por la pérdida del ser querido. Es el caso actual de quienes murieron en Panamá.
Pero los chilenos tenemos derecho a pensar distinto de las autoridades del país, sea que vistan de uniforme, sea que estén en el parlamento,en los ministerios o en el más alto cargo de la República. Si dichas autoridades sienten tristeza, dolor o congoja, tendrán sus razones íntimas para hacerlo, pero no tienen derecho a hablar por la televisión y todos los medios de comunicación arrogándose la representación de los sentimientos de los chilenos.
En democracia, podemos y queremos decirlo con mucha fuerza, no
queremos que el Sr. Pérez Yoma, por muy Ministro del Interior que sea,hable en nuestro nombre. Nos hemos enterado de la muerte de un General de Carabineros, pero no de un perdido un amigo.
No nos encontramos en los círculos del poder donde todos parecen comer en un mismo plato. Estamos en el lado de los miles y miles de chilenos que hemos recibido de parte de carabineros: gases lacrimógenos, lumazos, agua contaminada del guanaco, como represión ante manifestaciones pacíficas en reclamo de demandas legítimas como verdad y justicia ante las violaciones de derechos humanos en los que carabineros también participó, o por mejores salarios, o por educación o por derecho a la vivienda, etc.
No hemos tenido la suerte de ser consultados en las encuestas de opinión que dicen que carabineros es la institución mejor evaluada. Y como hablamos de cosas que ocurren en el Chile de hoy, un par de botones de muestra: En esta semana un juez encausó a decenas de carabineros por los crímenes de la Operación Colombo.
Sólo 24 horas antes, la televisión mostraba el accionar de carabineros que casi mata a un anciano de 78 años al que rociaron con gas lacrimógeno cuando reprimían las manifestaciones de los estudiantes.
Entonces cuando estos políticos nos tratan de vender el cuento de que el finado ejercía un liderazgo ejemplar ¿Se refieren a que el accionar represivo formaba parte de su doctrina?
Y si nos vamos un poco más atrás en la historia tenemos derecho a preguntarnos ¿No eran carabineros los que estuvieron involucrados en el asesinato de Matías Catrileo, Alex Lemun, y el trabajador forestal?
La realidad de las cosas choca con el discurso de los políticos que quieren vestir al difunto y a su institución con ropas que no tienen.
Y es bueno seguir recordando. ¿No eran carabineros los que golpeaban y arrastraban por el suelo a mujeres esposas de carabineros que reclamaban mejores condiciones de vida? ¿No es verdad que esos carabineros fueron dados de baja por el reclamo de sus esposas? Por lo menos eso mostró un reportaje de la televisión hace un par de semanas
atrás. Y ahora, cuando la televisión quiere imponernos la idea de que la esposa del finado se preocupaba tanto de su personal, tenemos derecho a preguntarnos si no será parte de la costumbre de los chilenos de convertir a los que mueren en seres casi angelicales.
Las autoridades debieran tener más prudencia y no abusar de los espacios gratuitos que la televisión les ofrece. La pauta informativa que se les entrega en palacio no es la única verdad que existe y derecho tenemos a pensar distinto. En Chile son miles los servidores públicos que hacen Patria repartidos por todos los rincones del país, pero no cuentan con los privilegios de algunos servidores públicos que visten de uniforme. No es un misterio para nadie que muchos de ellos cuentan con auto y chofer a la puerta, asignación de vivienda y otras regalías que no son para todos los servidores públicos como ha quedado dolorosamente demostrado ahora, cuando nos enteramos que viajan al extranjero con sus esposas, sus secretarios y sus comitivas, suponemos que con cargo al dinero de todos los chilenos.
Por otra parte, los medios de comunicación nos presentan a figuras públicas que a propósito de rendir duelo por sus colegas, opinan tan sueltos de cuerpo como si la siniestra historia en la que participaron se nos hubiera olvidado. Y pretenden pasar colados los Stange, los
Cordero y otros de la misma especie que se formaron y ejercieron funciones cuando integrantes de carabineros degollaban a profesionales opositores a la dictadura o cuando carabineras se especializaron en formas de tortura con animales para vejar a las detenidas.
En momentos en que se nos quiere imponer una única manera de ver las cosas, se nos viene a la memoria la lucidez del Compañero Presidente Salvador Allende quien calificó a Mendoza como el general rastrero que solo días antes juraba fidelidad al mando y respeto a la constitución.
Romper el esquema único de pensamiento que se nos quiere imponer es posible; ientras haya una pequeña rendija por donde pase una idea distinta, debemos esforzarnos por abrirle cauce a la diversidad de opiniones. Que no nos sujeten el pensamiento. Que no nos obliguen a sentir la pena que no sentimos. A no aceptar que nos traten de vender gatos por liebres.
Hay historias en la cultura campesina de nuestro país que nos hablan de “las lloronas” que eran mujeres pobres a las que se contrataba para que asistieran a los velorios con la tarea de acompañar a los deudos para lo cual debían llorar horas y horas por un muerto que muchas veces no conocían, pero que les garantizaba recibir un pago en dinero.
En este caso, estaremos dentro de los que no cumpliran el papel de “lloronas”, Porque pienso que ni toda la lluvia del sur ha sido capaz de lavar las manchas de sangre de los uniformes de carabineros que asesinaron a mis hermanos, en el pasado y en el presente.
Creemos que la conducta democrática y los valores éticos son un compromiso mucho más profundo y los invitamos a que en los pequeños espacios de convivencia familiar, laboral o social,se abra el debate sobre el show mediático al que nos someten.
Porque tenemos derecho a pensar distinto, nos corresponde ejercerlo colectivamente en cada momento de nuestra historia.
ASAMBLEA NACIONAL POR LOS DERECHOS HUMANOS
jueves, 19 de junio de 2008
CONTRA EL SHOW MEDIÁTICO TRAS LA MUERTE DE BERNALES
Publicado por nancho en 5:30
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