viernes, 26 de octubre de 2007

CARTA A LOS INTELECTUALES Y ARTISTAS ESTADOUNIDENSES

Por: Alicia Alonso*

* Prima Ballerina Absoluta; Directora General del Ballet Nacional de Cuba. Nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, por su destacada contribución al desarrollo, conservación y divulgación de la danza clásica y por su devoción al medio de expresión artística, por lo que ha promovido los ideales de UNESCO y la asociación de gentes y culturas del mundo. A lo largo de sus más de 50 años en el mundo del ballet a recibido 127 reconocimientos internacionales.

La Habana, 26 de octubre del 2007

Queridos amigos:

En Cuba, la cultura del pueblo de los Estados Unidos es considerada digna de respeto y reconocimiento. Artistas e intelectuales de ese país han despertado nuestra admiración y nutrido nuestro espíritu. Del mismo modo, he tenido la oportunidad de comprobar personalmente, que entre las inquietudes y aspiraciones de los estadounidenses está el interés por conocer la cultura cubana en todas sus expresiones.

Sin embargo, este diálogo noble y legítimo entre las culturas de nuestros píses, es entorpecido de manera absurda desde hace varias décadas. La razón la conocemos todos: un cruel bloqueo, o embargo, como otros le llaman, se ha extendido por 47 años y ha hecho inmenso daño a nuestro país, por el "delito" de defender su soberanía y su autodeterminación.
Precisamente, el 30 de octubre, la Asamblea General de la ONU volverá a pronunciarse sobre este tema. Confiamos en que, una vez más, el bloqueo a Cuba será condenado por la abrumadora mayoría de los países.

Como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO, me siento en el deber de defender la dignidad de los seres humanos, la diversidad cultural, la identidad y el entendimiento entre todos los pueblos del mundo, con independencia de su forma de pensar y de organizar su vida.

Como artista cubana, que ha realizado una parte importante de su carrera en los Estados Unidos de Norteamérica -país en el que ha recibido inmensos honores y en el cual posee amigos y un público fiel, que por encima del tiempo y de las contingencias le ha otorgado siempre, por más de sesenta años, idéntico cariño y respeto artístico-, me dirijo a ustedes, admirados y queridos amigos, para pedirles que levanten sus voces con el fin de rechazar tan injusta medida, y exijan el fin de este cerco inhumano e injustificable.

Trabajemos juntos para que los artistas y escritores cubanos puedan llevar su talento a los Estados Unidos, y que a ustedes no les impidan venir a nuestra Isla a compartir sus conocimientos y valores; para que una canción, un libro, un estudio científico o una obra coreográfica no sean considerados, de manera irracional, como un delito.

Defender el diálogo y el intercambio permanente entre nosotros, es un derecho y un deber, y será un aporte nuestro a la paz y a la amistad entre los pueblos.

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