lunes, 1 de octubre de 2007

GUASTAVINO Y "EL MERCURIO" A TODO POTO Y CALZÓN

Guastavino, Durante su pomposo reinado como Intendente se granjeó el interesado apoyo de El Mercurio para promover su imagen, pero ahora queda al desnudo la frivolidad de su gestión

Por: Raúl Gutiérrez V., editor del GRANVALPARAISO.CL


UNA DE LAS RAZONES que llevaron al naufragio de la experiencia de GRANVALPARAISO.CL como diario, ya que ahora sólo se mantiene como periódico, fue la decisión de Luis Guastavino, intendente hasta comienzos de la administración Bachelet, de negarle avisaje del Gobierno Regional y de burlarse de nuestras quejas respecto del favoritismo abusivo en favor de los diarios de papel de la empresa El Mercurio.
En 2004 y 2005, el número diario de visitantes que registraba GRANVALPARAISO en la zona superaba con holgura la venta de ejemplares de El Mercurio de Valparaíso, que se vende básicamente en las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso, ya que al resto de la provincia y de la región se envían una cantidad exigua de ejemplares. Tan potente era por entonces nuestro medio que quedó seleccionado en primer lugar en la licitación del Convenio Marco de Avisaje para diarios de papel y de la categoría electrónicos, a que convocara Chilecompra. La animadversión del entonces intendente Guastavino se explica por las críticas cada vez más aceradas que este periodista fue planteando en contra de su gestión, la cual por el contrario era colmada de alabanzas por el diario El Mercurio porteño, el cual llegó incluso a destinarle, al término de la gestión de este intendente, un suplemento especial, en que cantaba loas a sus iniciativas, incluidos algunos notables desatinos y algunas manifestaciones casi psiquiátricas de egolatría.
En su oportunidad planteamos el grave riesgo que tiene para cualquier comunidad que la prensa se alinee obsecuentemente con quien detenta el poder, ya que en tal caso los medios periodísticos renuncian a ejercer una tarea que en la cual son insustituibles en cualquier democracia y que consiste en someter a control permanente a las autoridades en representación de la ciudadanía. Cuando, por el contrario, se instaura un contubernio entre los gobernantes y los medios de comunicación, marco en el que se intercambian favores, entregando uno de ellos publicidad y la otra parte un trato lisonjero en sus columnas, quien termina pagando la cuenta es la ciudadanía.
Por desgracia, nuestras previsiones resultaron del todo fundadas. Ahora nos enteramos de que el Consejo de Defensa del Estado ha decidido interponer una querella criminal por fraude al Fisco contra el ex intendente de Valparaíso, Luis Guastavino. El Consejo señala que el delito en el que habría participado el ex jefe regional tiene dos figuras: una, la defraudación directa al Estado; y la otra, permitir que se defraude: “Se entiende que Guastavino, al firmar toda la documentación sin llevar sobre ella un control estricto, permitió que se defraudara al Estado. Él fue advertido, incluso, de que debería tener más cuidado de lo que estaba pasando, por parte de funcionarios de la propia Intendencia, pero hizo caso omiso y continuó con el procedimiento. A juicio nuestro tiene una responsabilidad penal por su actitud permisiva. No significa que el ex intendente haya obtenido un lucro personal, sino que incurrió un manejo negligente en el ejercicio de su cargo”.
¿Pero no hemos dicho acaso, quienes luchamos contra la dictadura, que Pinochet era responsable de las tropelías que se cometieron bajo su régimen, aun cuando no fuese él directamente quien las perpetró? Es evidente que quien detenta el poder tiene responsabilidad cuando sus subordinados directos incurren en crímenes o desaguisados de cualquier tipo. Así pues, cabe esperar que el señor Guastavino sea enjuiciado severamente por su conducta y que esta decisión del Consejo de Defensa del Estado lo lleve a asumir un acto elemental de dignidad, cual es el de renunciar a los directorios de universidades o instituciones en que los que participa por encargo de la Presidenta de la República.

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