Por: Arturo Alejandro Muñoz (
Fuente: kaosenlared (20.10.07)
LA IZQUIERDA...¿CUÁL IZQUIERDA?
SI HAY UN triunfo político posible de reconocerle al duopolio binominal que nos gobierna desde hace tantos años, es aquel que logró internalizar en una parte de la ciudadanía la falsa idea de que la Concertación es un conglomerado de izquierda. Nada ha sidomás conveniente para los intereses de los poderosos y mandamases que aquella falacia, pues en realidad –desde hace ya largos años- el país carece de una izquierda verdadera, cohesionada y con programa claramente establecido y aceptado por los sectores sociales que históricamente se han sumado a esa posición.
El escenario de la actual prensa escrita chilena muestra una mancomunidad de intereses económicos en manos de dos conglomerados –EMOL y COPESA-que coinciden en el objetivo fundamental, cual es mantener el sistema binominal y afianzar las estructuras neoliberales. De esa forma responden plenamente a las directrices ordenadas por los grandes capitalistas y las empresas transnacionales que, a su vez, muestran fuerte rechazo a cualquier intento oficial por provocar mejoramientos en las leyes laborales e impositivas.
Ante un tibio atisbo de reformas en las materias anotadas, los dueños del capital mueven sus hilos para que esa prensa, junto a los políticos derechistas que se reconocen vástagos de la dictadura, inicie unacampaña profunda en orden a desacreditar el intento, aprovechando de paso lanzar acusaciones al gobierno de turno de una izquierdización que no es tal. ¿Alguien, en su sano juicio y con una mano en el corazón, podría asegurar que los gobiernos concertacionistas –desde Aylwin a Bachelet- son realmente de izquierda?
Las últimas declaraciones pro-Bachelet explicitadas por Joaquín Lavín y Pablo Longueira, así como los reiterados ingresos o visitas a La Moneda del ex alcalde bien merecerían una frase de parte de Viera Gallo, de Belisario y Andrés Velasco o de Karen Poniachik: “a su casano más llega, pues caballero”. Claro que sí, pues a objeto de ser francos hay que decir simplemente que la Concertación ha gobernado siempre anombre de sus verdaderos patrones; por ello, ¿qué de raro puede haber si uno de esos amitos decide visitar a sus empleados?
Luego de diecisiete años de gobiernos concertacionistas los antifaces han caído. Al enriquecido sector empresarial le convenía –luego de terminada la dictadura que los prohijó- colocar en el gobierno a uno de sus socios que, en lo posible, fuera considerado por la ciudadanía como una expresión de izquierda, con lo que se evitaba la ocurrencia de huelgas, paros y reclamos masivos que pudiesen concluir en reformas laborales yen una más justa distribución del ingreso. La publicación de la encuesta CASEN 2006, a través de un fraude que todavía el gobierno propugna, dejó de manifiesto el objetivo central de ese documento, que no es otro sino pretender que la horrorosa brecha económica y la severa pobreza han disminuido gracias a las ‘bondades’ del sistema imperante.
Lo anterior puede explicar por qué algunos ministros del conglomerado oficial, ayer y hoy, hablando a nombre de un pueblo que no les cree ni sigue, insisten sotto voce en nacionalizar los últimos colgajos productivos y de servicios que se han mantenido milagrosamente a salvo de las ambiciones derechistas, como es el caso de CODELCO, a quien los ministros Andrés Velasco y Karen Poniachik miran con el apetito propio de representantes indiscutibles de grandes capitales financieros foráneos.Lo anterior también permite explicar por qué, la noche del Plebiscito donde el NO triunfó, Andrés Allamand contestó el urgente llamado telefónico de Camilo Escalona (quien estaba alarmado por un posible autogolpe pinochetista al día siguiente), asegurándole “no te preocupes Camilo, nosotros (RN) mañana no vamos a desteñir”. ¿Y cómo iba a desteñir RN si ya se sabía que existía un acuerdo entre la triunfante Concertación y los representantes de la dictadura para que se aplicara en Chile la máxima gatopardista, esa que dice: “todo tiene que cambiar para que todo siga igual”?
Así se ha mantenido esta inefable gobernabilidad, cuyas aristas fundamentales apuntan a fortalecer las bases de un capitalismo salvaje al que los gobiernos de los ‘renovados‘ disfrazaron con ropajes de falso progresismo.
Mientras tanto, ¿qué hace la izquierda verdadera? ¿Cuál izquierda? Convengamos en que no existe izquierda sin la presencia de los comunistas…y hoy tampoco existe izquierda sin la presencia de los humanistas. Ambos sectores, dialécticamente se necesitan y se explican uno a partir del otro y viceversa. Sin embargo, un sector dirigencial del comunismo criollo decidió, tiempo atrás, unir sus fuerzas a las filas de la Concertación a objeto de –seamos honestos y asertivos- contar con una feble posibilidad de llevar a dos de los suyos al Congreso Nacional. Para el pueblo, ese es un alto costo por tan pocas lentejas y tan mal cocinadas. Que están reculando, dicen. Ojalá, pues el aceite fenicio es demasiado atractivo, aunque siempre provoca indigestión política.
A estas alturas del análisis es sano recordar lo acaecido semanas atrás con las huelgas de los subcontratistas del cobre, de los trabajadores de Agrosuper y las protestas sociales atizadas por la CUT, en las que se observó a un pueblo en marcha por sus justas reivindicaciones y derechos, pero sin conducción política, lo que, como es posiblebarruntar, augura asonadas y caos…vale decir, pronostica futuras movilizaciones masivas pero sin objetivos ni destinos claros.
Junto a lo anterior, es válido recordar que el país enfrentará en poco tiempo nuevas elecciones municipales, parlamentarias y, además, presidencial. Lamentablemente, la izquierda actual., dispersa, dividida y menoscabada por errores propios, no estará en condiciones de recoger aquellos altos porcentajes de electoresque manifiestan decepción y molestia con las estructuras políticas y económicas vigentes. En la medida que esta izquierda continúe buscando la inmortalidad del cangrejo, el establishment le encenderá velas en agradecimiento.
sábado, 20 de octubre de 2007
SIN COMUNISTAS NO HAY IZQUIERDA; SIN HUMANISTAS, TAMPOCO
Publicado por nancho en 4:18
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