viernes, 7 de marzo de 2008

QUÉ SERÁ MÁS SENSATO ME PREGUNTO

Por: René Dintrans
Fuente: ElClarin.cl (06 de marzo de 2008)

Vivir solamente de la ilusión de un futuro mejor, o enfrentarse al presente despreciando ese dudoso porvenir a costa de actuar equivocadamente. Vivir con la idea de que es bueno que existan gobiernos “para el pueblo” sabiendo que la experiencia demuestra que han sido en contra de él, o determinarse a enfrentarlos divorciándose de ellos para siempre.

¿Qué es mejor? Un gobierno de centro-izquierda que realiza lo que la derecha ni siquiera había soñado obtener, o permitir la emergencia de un gobierno de derecha, con la idea de combatirlos activamente para que jamás lleguen a gozar de esos sueños.

Se dirá con razón que la derecha tendrá el control absoluto de la prensa escrita. ¿Es que acaso no lo tiene actualmente, considerando que los dos grandes consorcios que monopolizan la prensa escrita son la expresión misma de los intereses de la oligarquía y cuentan además con el beneficio de que todos los gobiernos de la concertación, sin excepción, han renunciado sistemáticamente a promover prensa escrita e incluso han bloqueado activamente la aparición de medios de prensa escrita como lo es el caso del obstinado juicio del Estado de Chile en contra del diario Clarín?.

Se dramatizará con que el único canal de TV abierto que no es de la derecha será controlado por ellos desapareciendo la libertad de expresión de esos medios ya que ese eventual gobierno impondrá sus criterios. ¿Es que acaso no han impuesto hace rato sus criterios en las imágenes de la televisión estatal?

Se dirá que un gobierno de derecha concentrará más poder y recursos que el mismísimo Pinochet. ¿Acaso la derecha no ha engordado a la sombra de la concertación?

Se hablará de que nuestra democracia se encontrará en peligro de extinción si la derecha accede al gobierno. Entonces qué clase de democracia se ha construido aquí, que un simple cambio de gobierno la hace desaparecer.

¿Tenemos realmente una democracia nosotros los chilenos?, ¿Tendrán razón nuestras autoridades y parlamentarios, para dar lecciones de democracia a otros países latinoamericanos, si ni siquiera el pueblo puede ejercer el más mínimo ejercicio democrático como lo es el plebiscito?

Se pondrá el grito en el cielo frente a la inminencia de esa tragedia, se recordará las luchas que el pueblo impulsó para recuperar la libertad, la democracia, etc. Se acordarán entonces de los pueblos indígenas, de su justa aspiración reivindicativa, de un destino común con el pueblo de Chile, etc. Se harán nuevamente afirmaciones tendientes a asegurar la preservación del medio ambiente, etc., etc. Se pondrá en marcha la misma campaña del terror que se implementa cada vez que hay elecciones presidenciales, en donde se chantajea a los electores de izquierda asignándoles la responsabilidad moral de un eventual triunfo derechista si es que no los apoyan con su voto.

Después de todo o de nada, es preciso decir la verdad o por lo menos, decírnosla: el pueblo ha perdido.

¿Estoy diciendo que debemos romper con las formas de participación que ofrece el juego democrático, considerando que el sistema de generación de representantes, sistema denominado binominal, no deja otra alternativa a la izquierda?

No, de ninguna manera, solamente especulo con la idea de probar el sistema binominal, que ha sido muy funcional a la concertación por largos años. Veamos que pasaría en un funcionamiento inverso, vale decir, cuando la alianza minoritaria accede al poder por omisión de una parte de la alianza mayoritaria (la izquierda) que dejaría de serlo por ese solo hecho.

Trato de imaginar cómo se las arreglaría la Alianza para llevar a cabo las políticas económicas, las políticas laborales, las políticas represivas. Cómo gobernaría, cómo aprobaría las leyes. Cómo afectaría en la dinámica y reordenamiento de la nueva oposición. ¿Será compatible el sistemita en esas condiciones?

¿Serán esas nuevas condiciones, el elemento catalizador para que la izquierda deje de estar cautiva de una alianza que la ha desnaturalizado por completo y se perfile con su propio carácter, volviéndose a reencontrar con el pueblo?

¿Qué será más sensato me pregunto?

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